El presidente del Cen­tro de Armadores Fluviales y Maríti­mos (Cafym), Raúl Valdez, habló acerca de la preocu­pante bajante del río Para­guay. Si bien con las últimas lluvias aumentó el nivel de las aguas unos centímetros, el panorama sigue crítico pues se estima que seguirá bajando unos 45 a 60 días más. Indicó que la situación es realmente grave, porque se aproxima un periodo de estiaje prolongado, con un río muy por debajo del promedio normal o de todas las mínimas históricas para esta altura del año. La bajante está a punto de alcanzar el récord registrado en el 2021, con la diferencia que se está llegando a ese nivel casi 2 meses antes.

En el pro­grama “Así son las cosas” de canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media advirtió que si esto sigue así como se pronostica, en ciertas zonas no se podrá navegar, lo cual implicará recurrir a trasbordo vía terrestre para terminar de entregar las cargas, y esto a la vez redundará en sobrecostos de hasta el 50 % en fletes, que finalmente serán trasladados a los productos. Uno de los pro­ductos más afectados, sería el combustible.

“Dependiendo del servicio y los sobrecostos, esto podría impactar al menos en un 50 % del valor de la tarifa del flete, si es que se realiza trasbordo y se termina la entrega por vía terrestre. Por ejemplo el combustible, que tiene que venir del puerto de Pilar, se está previendo que se tenga que traer por la nueva ruta que conecta con Villeta”, expresó. Valdez señaló que se espera que lo que resta del invierno e inicio de la primavera sea bastante seco, superando la bajante histórica, por lo que se podría llegar a un nuevo récord, lo que demuestra la situación crítica, ya que esto impacta en toda la cadena de transporte fluvial. Por esta vía se mueve el 80 % del comercio exterior paraguayo.

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Respecto a los puntos críticos, el titular del Cafym explicó que se está haciendo imposible navegar en la zona norte desde Asun­ción, y si bien hacia la zona sur todavía se está navegando con niveles razonables, también se realiza con serias dificulta­des que si sigue bajando tam­bién impactará a la cadena de transporte desde la capital al sur del país.

En cuanto a lo que podría suceder en términos prácti­cos, puso en contexto que las cargas que provienen desde el norte son principalmente productos de origen brasi­leño y boliviano, como mine­ral de hierro, que son trans­portados por embarcaciones paraguayas y por ende si no se puede navegar, afecta a la industria fluvial local. “Hay embarcaciones que ya están varadas en las zonas entre Concepción y Vallemí porque no están logrando navegar algunos pasos críticos. Tam­bién impacta al transporte de clínker para la industria nacional de cemento y otros en menor medida”, dijo. En tanto que el tramo de Asun­ción al sur, que involucra a la mayor cantidad de puertos fluviales como los de Villeta, San Antonio y Villa Elisa, por donde gran parte del comer­cio exterior del país entra y sale, con productos suma­mente representativos como el combustible. Como lo ade­lantó, en este tramo se está navegando aún en condicio­nes razonables, la pérdida de capacidad de las bodegas es de 40 a 50 %.

Alto Paraguay precisa de 100 ml de lluvia

Están pasando mal, prácticamente 4 meses sin lluvias importantes, estos días cayó unos 20 a 30mm, indicaron.

Los últimos incendios foresta­les que golpearon ya a algunas ciudades del departamento de Alto Paraguay, agravaron el escenario de los productores de la zona, quienes sortean los días con la esperanza de que les llegue la anhelada buena lluvia. Sobre la situación actual de las actividades de esta seca región chaqueña, se conversó con el vicepresidente de la Regional Alto Chaco de la Asociación Rural del Para­guay (ARP), Nevercindo Bai­ros Cordeiro, quien aseveró que vienen enfrentando varios problemas. “En Alto Paraguay estamos pasando mal, prácti­camente 4 meses sin lluvias importantes, estos días cayó unos 20 a 30mm. Pero eso no es suficiente porque acá la tie­rra es muy seca, se necesita a partir de 60 a 100 ml para que moje bien realmente y haya humedad para que mejore nuestra situación”, expresó.

Sobre el contexto actual, explicó que los animales ya no tienen más que comer por la sequía, muchas de las estan­cias ya están sin agua. Esto a causa del intenso calor y la sequía, lo que complica aún más la situación, pues si el ganado queda sin pasto una semana se los puede sacar al monte, pero sin agua pue­den llegar a morir. “Estamos esperanzados que va llover más, estamos rezando para eso y creo que Dios aprieta pero no ahoga”, subrayó. Si bien, una posible solución es sacar el ganado de la zona, los sobrecostos de transporte y logística serían gigantescos. Llevar hasta el lugar los balan­ceados ya tienen un costo ele­vado, y tampoco se trata de ubicar nada más los animales a la venta, pues muchas veces aún no están preparados para ir a los frigoríficos.

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