El sector vinícola demostró gran poten­cial en el mercado local: la cultura del vino se sigue expandiendo y cada vez hay más interés por descu­brir variedades, cepas, colo­res y aromas. Detrás del auge de la bebida milenaria no solo se puede ver crecimiento o diversificación del consumo, sino también mayor variedad de ofertas, marcas y sabores disponibles para todos los segmentos.

En la comparación inte­ranual (2023-2024) se puede ver que hasta marzo el nego­cio del vino generó USD 123 millones, con un crecimiento de 19,2 %, mientras que las proyecciones apuntan al desarrollo creciente de los niveles de consumo y los negocios dentro del rubro.

Mauricio Larrosa, gerente general del CCR.

En un informe elaborado por la consultora CCR sobre la evolución anual del nego­cio del vino (abril de 2023 a marzo de 2024), se puede ver que en promedio se con­sume anualmente en terri­torio nacional 33.292 miles de litros.

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La cifra implica una mínima disminución de 0,5 % en comparación al periodo pasado, aunque esta leve caída guarda relación con la tendencia actual del mer­cado, que muestra un cre­cimiento en valor por sobre el volumen en línea con una media de precio superior y un “mix” creciente del segmento de botellas, explicó Mauricio Larrosa, gerente general de la consultora.

“Hay un surtido (variedad de marcas y de tipos de vinos) que genera un crecimiento de las categorías. Asimismo, con estas variedades en aumento, la expectativa de desarro­llo (del sector) en el tiempo es superior”, sostuvo a La Nación/Nación Media.

De acuerdo con la consultora, en cuanto al movimiento del negocio el sector mostró un notable crecimiento. De abril de 2023 a marzo de 2024 registró un aumento del 19,2 % y generó un movimiento de USD 123 millones.

El presidente de la Asociación Paraguaya de Sommeliers, Oliver Gayet, destacó que cada vez hay más adeptos a la cultura del vino.FOTO: ARCHIVO

Más allá del volumen y los valores generales, el negocio del vino en Paraguay también se divide en varios segmen­tos, que a su vez concentran la preferencia o los niveles de consumo. Por ejemplo, de acuerdo con el informe, mien­tras el segmento de botellas se lleva el 50 % del total del mer­cado paraguayo, el porcentaje restante pertenece a la pre­sentación de tetra o envases de cartón.

Respecto a las áreas de con­sumo más importantes de vino, Asunción y Gran Asun­ción aglomeran el 51 %, mien­tras que el porcentaje res­tante se divide en los demás departamentos del país. En lo que hace al movimiento comercial, en promedio, los establecimientos comercia­les del Paraguay cuentan con 7 marcas, siendo la capital el sitio con mayor variedad, con un estimativo de 10 marcas por negocio.

PARAGUAY, UN PAÍS “MALBEQUIZADO”

La mayor parte del con­sumo de vino local perte­nece principalmente a cepas o variedades provenientes de la Argentina. En general, para entender la evolución del sector vinícola en Para­guay, hay que remontarse al 2010 cuando el consumo de la bebida empezó a crecer a ritmo de un porcentaje de dos dígitos, con una especial evo­lución en pandemia, recordó Oliver Gayet, presidente de la Asociación Paraguaya de Sommeliers.

“La gente empezó a consumir y a descubrir vinos durante la pandemia, en una tendencia que continuó. Hoy en día ya se refleja en los consumidores de todos los segmentos”, aña­dió el experto a La Nación/ Nación Media.

Más allá de la evolución en los niveles de consumo, en Para­guay hay una clara preferen­cia por el consumo de vino tinto, que concentra más del 70 % de la elección del mer­cado nacional, indicó Gayet, pero también se resalta el interés creciente por las demás cepas y variedades.

“Vemos que paulatinamente la gente va despertando su curiosidad y ya va no solo va por los tintos, sino también a los blancos y los rosados. Se quiere descubrir diferentes cepas. Aunque, desde el punto de vista del consumo, Para­guay es un país malbequizado (o con mayor preferencia por el malbec)”, agregó.

Gayet hizo énfasis en que cada vez hay más adeptos a la cultura del vino, a través de mayor adherencia y parti­cipación en las catas y cursos, por lo que las proyecciones para el sector son alentado­ras. “Si bien todavía no vamos a volver a los dos dígitos de crecimiento en consumo de vinos, sí vemos que será más constante y más interesante. Estamos despertándonos y animándonos a probar el vino rosado y blanco y consumir la bebida el año entero, y no solo en estaciones específicas. De ahí que estamos por buen camino”, consideró.

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