Llegar al grado de inversión país es una meta anhelada desde hace varios años, que pareciera acercarse al objetivo desde que la agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P) elevó a principios de febrero de este año la calificación de Paraguay a BB+, situándolo a un paso escalón.
Al respecto, el economista Hugo Royg compartió el alcance de lo que representa esta categoría, así como los desafíos que todavía se enfrenta como país y en los cuales se debe poner énfasis para acceder definitivamente a este anhelado grado de inversión.
Explicó que el grado de inversión es una calificación que emite una señal, de que un país tiene o no la capacidad de pagar sus deudas en el futuro, es decir, que es un país confiable, dijo, y Paraguay lo es por sus condiciones estables, aunque también debe esforzarse aún en otros aspectos. “Nosotros como Paraguay sí somos confiables en términos de estabilidad económica, pero también podemos mejorar todavía en materia de desarrollo económico equitativo y homogéneo”, expresó al diario La Nación/Nación Media.
Asimismo, remarcó que Paraguay todavía tiene mucho por mejorar en políticas públicas, concretamente en lo que respecta a la sostenibilidad y capacidades institucionales. Mientras que en términos sociales, los aspectos a encarar son las capacidades de las personas.
Royg aseveró que estas cuestiones señaladas son elementos observados atentamente por las calificadoras de riesgos. “Miran si los precios son estables, si a la hora de ofrecer un producto o servicio, el día de mañana se podrá vender y cobrar a un precio razonable. O si las normas actuales permanecerán y no generarán multas en el tiempo”, dijo.
Otro de los aspectos considerados también por los inversores es que se preocupan en conocer si hay capacidad de mano de obra operaria, así como en puestos gerenciales, con lo que el economista subrayó que los tres aspectos van de la mano para llegar al grado de inversión. “Es inobjetable que las calificadoras de inversión miran las tres dimensiones”, acotó entre sus consideraciones.