- Por Sofía Céspedes
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En los últimos años, el campo inmobiliario ha cosechado un gran crecimiento en el país, dinamizando parte de la economía, ya que se trata de un nexo apropiado para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos que desean tener una casa propia.
La edad y etapa de vida en la que uno se encuentre son los filtros que se toman en cuenta para decidir qué tipo de vivienda comprar; así explicó a La Nación/Nación Media Carlos Colombino, gerente de marketing en Crecer Inmobiliaria.
Según el especialista, los jóvenes solteros, un grupo etario entre 25 y 40 años, tienden a valorar más la ubicación y la accesibilidad de un departamento. Prefieren espacios modernos o que sean funcionales a “zonas más populares”; es decir, la cercanía a lugares de entretenimiento y/o compras. En ese segmento también diferenció a los jóvenes empresarios, ya que estos prefieren invertir en edificios, pero aquellos que tienen otra cultura desean salir de la ciudad. “Prefieren el turismo”, dijo.
LOS CASADOS
Con respecto a los jóvenes casados, la búsqueda se enfoca en propiedades que se adapten al crecimiento familiar, con espacios amplios y áreas verdes, con una ubicación cercana a escuelas, colegios y supermercados. Consideró que estos aspectos son esenciales para los recién casados. Luego, mencionó que en esta etapa también se destacan quienes ya tienen su casa propia, pero quieren dar el siguiente paso y disfrutar de la segunda vivienda, más conocida como la casa de verano o casaquinta. “Esta es la vivienda de fin de semana, donde uno va a desconectar y encontrarse con la naturaleza”, mencionó.
GENERACIÓN SIN TERRENO
En medio de la conversación, Colombino reflexionó acerca de la necesidad que existe de redireccionar las necesidades actuales, especialmente en jóvenes de entre 18 a 30 años, ya que este grupo etario se destaca por ser “la generación sin terreno”.
“Nosotros hicimos un estudio de mercado y vimos que es difícil que los jóvenes capten la idea de invertir en terrenos o ahorrar para comprarse uno.
Ellos están más perfilados a comprar más iPhone, motos o autos, que en el tiempo se va deteriorando y no te da una retribución”, lamentó y resaltó que esto se debe mejorar con una mejor educación financiera, y que las inmobiliarias en general deben dirigirse hacia ellos con una mejor estrategia de comunicación.
EXPANSIÓN HACIA EL INTERIOR
El empresario recordó que según datos del Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), el déficit habitacional en Paraguay es de 780.000 personas. Es decir que 638.000 familias aproximadamente no viven en alquiler, pero no gozan de viviendas en buenas condiciones. Cerca de 96.000 familias no tienen casa propia en Paraguay.
Por eso, señaló que el rubro inmobiliario ha experimentado una expansión importante en los últimos años, especialmente en el interior del país con distintos tipos de urbanizaciones. Destacó un auge significativo en la ciudad de Concepción y Encarnación. “Y creemos que esto va a seguir creciendo más y con más alternativas”, afirmó.