COMENTARIO
Víctor Pavón (*)
Días atrás el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes elaborado por JP Morgan Chase posicionó a nuestro país como un lugar seguro para las inversiones.
La explicación es sencilla. Si los inversionistas tienen adecuada certeza de que un país cumplirá con sus obligaciones financieras, pues entonces la confianza se incrementa para disponer de capitales en un lugar determinado del mundo.
Esta es una excelente noticia. Es cierto, necesitamos igualmente realizar algunas reformas sustanciales para no perder oportunidades en el competitivo contexto internacional. Lo que tenemos es para cuidar y acrecentar. Y cuidar y acrecentar significa que los gobernantes deberán tomar nota de este propicio escenario porque al final y al cabo nuestro país se presenta al mundo como un referente en la región. Esto no es poco.
Al contrario, es muy importante dado que somos un país mediterráneo rodeado de dos países más grandes en territorio y población con salida al mar, cuyas visualizaciones mundiales los hacen continuamente aparecer.
Fortalezcamos entonces nuestra autoestima: Paraguay es referente para los inversionistas en la región. Luego de dos guerras internacionales y con tantos escollos a vencer este es un país de héroes y heroínas que necesita avanzar en espacios de libertad.
En el sentido expuesto, la oposición política tiene un rol fundamental porque si sigue como ahora en ese tren de no aportar nada sustancioso para un mejor país, entonces, es mejor que el oficialismo siga proponiendo los cambios como lo viene haciendo y que el Congreso apruebe las iniciativas legislativas provenientes del Ejecutivo. Esto no significa dejar de lado el papel que en las democracias tenemos con el papel de la oposición, sino que la misma proponga ideas y medidas concretas que beneficien a la población.
El indicador de JP Morgan resulta auspicioso, pero también nos interpela y es como si nos dijera no se duerman sobre los laureles. Porque es así. En todas partes el ahorro y el capital nacional como extranjero requiere de predecibilidad y no solo a corto plazo, sino a largo plazo para incentivar la rentabilidad.
Un país predecible con una economía vigorosa en donde se garantice la propiedad privada junto con la seguridad luego se convierte en un faro de atracción para los habitantes de otros lugares. La cuestión hoy día es hasta de sentido común, además la economía, la política y la historia así lo prueban.
Pero mientras algunos dirigentes siguen poniéndole palos a la rueda con discursos que expresan premisas falsas como las que intentan detener la libertad económica, el status quo nos devorara y perderemos el logro alcanzado de país referente.
A diferencia de los milagros en los que cada quien cree de acuerdo a su fe y lo espera como una bendición, en términos del progreso económico el milagro no existe, se hace con base en ideas correctas y liderazgo firmes.
El progreso como milagro es el resultado del liberalismo republicano que conlleva a la economía de mercado. El gobierno limitado a su rol constitucional conlleva incentivos benéficos que del capital y del trabajo emergen, así como de la laboriosidad y cooperación de la gente en plena garantía de su propiedad privada.
Este elogio de Paraguay como referente de la región tampoco pretendo una euforia que enceguece. Se trata de expresar lo que se puede hacer y bien, con la suficiente convicción de que se pueda estar mejor de lo que se está porque siempre es preferible tener una alta visión aspiracional positiva antes que la modorra negativa de todo sigue igual.
Este logro alcanzado es para, con y por el pueblo paraguayo. Para los emprendedores sean pequeños, medianos o grandes, ellos son los creadores de riquezas para las familias, ese sector privado que crea empleos y distribuye la riqueza mediante los mercados abiertos en un ambiente de seguridad en plena garantía a la vida, la libertad y la propiedad. No hay otro camino para la prosperidad.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.