El ministro de Agricul­tura y Ganadería, Car­los Giménez, habló acerca de las realidades que enfrenta el país, teniendo en cuenta que es un gran pro­ductor de alimentos para el mundo como soja y carne, entre los principales. Aun así, Paraguay no aprovecha todo ese potencial para industria­lizarse, solo por dar un ejem­plo, como con sus granos. Sobre el punto, el titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aseguró que el país precisa de políti­cas de Estado que motiven a los inversionistas extranjeros a instalarse e industrializar la materia prima a nivel local. En otro momento, abordó a la vez sobre la producción nacio­nal de tomate.

“La visión que yo tengo es que los inversionistas que quieren venir a Paraguay a comprar nuestras tierras, no sea una competencia a nuestra producción. Para eso Paraguay debe avanzar en una política de Estado que motive a inver­sionistas a instalar sus fábri­cas y procesar acá la mate­ria prima y no que tengamos que volver a comprarles de afuera”, expresó en el pro­grama “El péndulo”.

Si bien, Paraguay es un país chico y muy poco industria­lizado, aseguró a la vez que cuenta con capacidad pro­ductiva para alimentar al mundo. Por lo que se debe precisar las condiciones atractivas para que los subproductos de materia prima puedan ser aprovechados localmente y de forma gra­dual. Recordó las ventajas competitivas del país, como costos accesibles, mano de obra barata, energía, sistema impositivo atractivo y mucha tierra, pero lo ideal sería que estas primacías pudieran ser aprovechadas localmente. Lo que sucede especialmente con los granos es que salen al exterior, se procesan para que vuelvan a ingresar industria­lizados.

Comentó que es difícil preci­sar qué cantidad de producto vuelve a ingresar procesado, y en gran medida con la prác­tica ilegal del contrabando, que efectivamente requiere de controles más estrictos en la frontera. Otro aspecto es que Paraguay debe promo­cionar su producción nacio­nal, dijo. Uno de los rubros que más permea es el fru­tihortícola, especialmente con el tomate, que en los últi­mos meses demostró que en temporada puede abastecer al mercado local cuando se frena su ingreso ilegal. Pero, lo cierto es que el rubro tam­bién precisa de mayor inver­sión y tecnología para que se pueda producir todo el año, dejar de importar de Argen­tina e incluso que no haya esa necesidad de contrabando.