El ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, aseguró que la producción nacional de hortalizas, específicamente el tomate y la cebolla, está con el mercado garantizado porque “por fin se está vendiendo” internamente tras la frenada al contrabando que se está logrando con la serie de incautaciones. Por lo que indicó, que es falso que se esté dando un desabastecimiento de hortalizas.
Aseveró igualmente que no es cierto que se está dando una escasez en estos productos, a excepción de la papa nacional que sí está terminando justamente porque se pudo ubicar todo. Solo un grupo de importadores está incrementando los precios, pretendiendo que se libere la importación de cara a la temporada de fin de año, como para ingresar a la vez otro tipo de productos, dijo.
“Los productores frutihortícolas están contentos porque por fin están vendiendo, gracias a que se pudo controlar la entrada ilegal de contrabando. Hoy día, las hortalizas nacionales se están vendiendo bien y nosotros como ministerio vamos a seguir esta línea, yo voy a defender la producción nacional y les pedimos a los importadores más patriotismo”, expresó en contacto con el programa “Así son las cosas” del canal GEN/Universo 970 AM/Nación Media.
PRIORIDAD A PRODUCCIÓN NACIONAL
El ministro explicó que una vez que precisen que falten los productos nacionales, pasarán a liberar la importación, pero mientras haya producción nacional es lo que se priorizará. “No podemos nosotros que le asistimos a los productores con insumos, que deben esperar meses para poder vender su esfuerzo, simplemente liberar la importación porque un grupo está alzando los precios para decir que falta producto”, remarcó.
Señaló igualmente que los mismos productores que antes cerraban rutas tirando tomates por no poder vender, ahora están agradecidos pues están colocando todo el trabajo, desde que los controles se intensificaron y se pudo darle freno al contrabando, subrayó Giménez.
Animó igualmente a optar por la producción nacional, cuyos trabajadores del campo deben esperar meses para cosechar y lograr un pequeño margen, ya que en el caso del tomate el precio en finca está entre G. 7.500 y G. 8.500, mientras que el costo de producción está entre los G. 5.500 y G. 6.000, con lo que la rentabilidad es muy estrecha.