Lourdes Torres Lugo, lourdes.torres@nacionmedia.com
El próximo año, la sede que hoy alberga a la empresa estatal Cañas Paraguayas Sociedad Anónima (Capasa) se prepara para celebrar los 120 años de su construcción, uno de los edificios más emblemáticos del casco histórico de la ciudad de Asunción, que cuenta con una cúpula imponente. El edificio se construyó en 1904 a partir del proyecto del ingeniero Luis Zini y la construcción de Natalio Rapetti, en sus inicios fue sede del Palacete Municipal de la Capital y durante la guerra del Chaco fue sede del Ministerio de Guerra y Marina.
Para conocer mejor los planes de la nueva administración de Capasa, el diario La Nación/Nación Media conversó con su presidente José Ocampos, quien resaltó que en lo que respecta a la empresa estatal y al producto estrella que producen que es la caña paraguaya “Aristócrata”, se busca resucitar a una empresa emblemática del Estado que ha sido muy maltratada y que incluso ha sido “botín” o “trampolín” de la clase política. Pese a todo esto, remarcó que el producto de la caña paraguaya es la mejor, más sabrosa y rica, no solo en el país, sino en el mundo. “La caña paraguaya, a diferencia de los productos derivados de la caña de azúcar, como el gin, el ron, la cachasa, nuestra caña tiene un origen muy especial y muy noble en comparación a los otros productos. La caña paraguaya no se obtiene de los residuos de la industria azucarera, con el debido respeto de los otros productos de la región, que se realiza a partir del agua residual de la industria azucarera”, explicó.
Añadió que en el caso de Paraguay, la caña se produce directamente de la miel de caña, la famosa miel negra que se usan en postres. Indicó que la caña de azúcar no se corta en trozos, sino que se separan en fibras para estrujar y ahí se hace la miel de caña y luego se destila en el alambique para obtener la caña blanca que es la base del producto. Remarcó que la producción de la caña de azúcar moviliza toda una agricultura social campesina que ronda unos 40.000 compatriotas en Guairá, Caazapá, Cordillera y Paraguarí. “Podemos ver que desde sus inicios nuestra caña paraguaya es mucho más noble que otros productos. Lastimosamente ha tenido muy poca difusión de estos factores, que detrás de cada botella de Cañas Aristócrata hay una historia social de nuestro país y hay una nobleza del producto porque se destila directamente de la miel de caña, a diferencia de los demás que es un subproducto de la industria azucarera”, remarcó.
Resaltó que Capasa tiene toda la industria de producción de la caña paraguaya en pleno microcentro de Asunción, que prácticamente es la primera y la mejor industria. Por ello, anunció que dentro del plan de los primeros 100 días de gobierno, y a modo de levantar la industria estatal, están trabajando a todo pulmón en habilitar en la brevedad la nueva “Ruta de la Caña” en Asunción, que incluirá un Centro Histórico y Museo Aristócrata donde los visitantes podrán conocer la historia de la caña en el emblemático edificio que el año que viene cumplirá 120 años. José Ocampos dijo que están sacando productos de alta calidad, ya sea con la caña “Parapití”, o la “Aristócrata”, que tiene su línea premium con añejamiento de 5 años etiqueta roja, 10 años etiqueta negra y 12 años etiqueta azul, e incluso una edición especial etiqueta dorada con 16 años de añejamiento, llegando casi a nivel de un whisky.
INNOVACIÓN
Como primicia, anunció el lanzamiento de una nueva línea incursionando entre los rones, innovando en el mercado. Confirmó que en breve se lanzará al mercado local una nueva línea de ron con presentación especial en botella de vidrio, con 6 sabores inicialmente. Viendo que el público consumidor joven se está acercando a la línea de rones y tragos, cambiando incluso a la cerveza, gracias a la incursión de las barras de tragos que se llevan a los eventos. “Aristócrata presenta en sociedad el mejor ron en botella de vidrio con sabores tradicional, lima limón, anís, coco, limón y frutos rojos. Salimos a pelear en grande y en serio. Con un poco de patriotismo, compromiso y honestidad, se puede, pese a ser tan maltratada esta empresa por la clase política y sus anteriores administradores. Creemos que Capasa es un crack lesionado, a quien se le debe cariño, compromiso y patriotismo; pero que cuando recupere su fuerza nadie va a parar esta locomotora”, enfatizó.
El Ocampos resaltó que en poco más de 10 días que tomó la conducción de esta empresa estatal tomó el desafío de llevar la recuperación histórica no solo del emblemático edificio, que lo hará gracias a la ayuda de la primera dama, Leticia Ocampos, y el Ministerio de Obras Públicas. La idea es que en la brevedad se habilite el museo Aristócrata, que junto con la “Ruta de la Caña” en Asunción, mostrar el proceso de elaboración y la historia de la caña paraguaya. “El turismo de la caña que queremos hacer en nuestras cubas de robles que tienen más de 60 a 70 años, podemos hacer también en Asunción. Nuestras bordalesas, que guardan aún nuestro añejamiento más antiguo de cerca de 20 años. Queremos demostrar al Paraguay y al mundo que la caña “Aristócrata”, emblemática del Estado paraguayo, no tiene que ser pérdida. No nos hacemos responsables de otras administraciones, pero en solo 10 días de nuestra administración hemos multiplicado por 10 nuestras ventas. Estamos seguros que de seguir así esta empresa va levantar las deudas que tiene y será una empresa solvente”, enfatizó.
El doctor Ocampos cuenta con un vasto conocimiento de la historia paraguaya. Comentó que en 1909 ya existía una asociación de productores de alcohol y, con el tiempo, el Estado comprendió que debe ir regulando, porque cada uno vendía y destilaba a su manera. Fue así que se crea primeramente la Copal en 1941 y luego con Federico Chaves en 1951 pasa a depender del Estado, y en 1960 se crea la APAL, que es la Asociación de Productores de Alcohol. Indicó que la intervención del Estado fue ante los vaivenes de la fluctuación económica, había toda una población campesina que quedó desprotegida. Señaló que si una empresa estatal es deficitaria, podría entenderse y estar de acuerdo con la privatización; pero aseguró estar convencido de que las malas administraciones no pueden ser una regla para privatizar. “El estado podría ganar un poco menos que el sector privado, pero, no obstante, genera mucha ganancia para el Estado, para Capasa y seguir sosteniendo a una faceta social que es la agricultura familiar campesina”, remarcó.