La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cerea­les (Cappro) viene regis­trando una tendencia de caída en el procesamiento. La gerente general del gremio, Sandra Noguera, dijo que pre­ocupa que las agroindustrias no se encuentran llegando a los niveles anteriores a la pan­demia y esto representa una muestra de la falta de políti­cas públicas.

“Es una muestra clara de que la falta de políticas públi­cas que puedan fomentar la industrialización dentro del país son las que determinan la tendencia negativa”, sostuvo. Esto, porque el mes de julio cerró con un menor volumen de industrialización de olea­ginosas que el mes anterior, con lo cual ya suman cuatro los meses de caída.

Noguera manifestó que las solicitudes de la Cappro vienen arrastrándose hace varios gobiernos y es un tra­bajo que se debe hacer en conjunto con las autorida­des. “Esas mesas de diálogo con todas las autoridades competentes como para eva­luar entre todos qué medi­das deben adoptarse para evaluar que se pueda agregar valor dentro del país en lugar de estar exportando materias primas agrícolas”, expresó a la 920 AM.

Remarcó que consideran que esa podría ser la única forma para lograr el desarrollo sos­tenible y que si bien hay aper­tura para trabajar, finalmente no se adoptan medidas. Uno de los mayores inconvenien­tes es el flagelo del contra­bando, pues es una proble­mática que aqueja al rubro teniendo en cuenta que el 56 % del consumo mensual es de origen dudoso e implica una pérdida de más de USD 160 millones de dólares anuales y en concepto de IVA unos USD 15 millones.

La molienda de oleaginosas de enero a julio alcanzó 1,7 millones de toneladas, 200 mil toneladas por debajo del promedio de procesamiento en el mismo periodo de los tres años anteriores al de la sequía de 2022. El procesa­miento acumulado de soja llegó a 1,6 millones de tone­ladas, una mejora de 10 % en la comparación interanual, pero todavía bastante redu­cido considerando que la cosecha de la principal olea­ginosa del país se duplicó tras la sequía.