- Por Paúl Fernández
- paul.fernandez@nacionmedia.com
Si bien los indicadores de corto plazo mostraron signos de mejoría, economistas locales aseguran que ante factores internos y externos que enfrentó el país durante los últimos años la economía se vio afectada, por lo que actualmente se sigue mostrando debilitada. Indicaron que el nuevo gobierno deberá enfrentar esa condición y aplicar políticas que consoliden la recuperación. La sequía de 2019, la pandemia en el 2020, la guerra en Ucrania y la nueva sequía de 2022 representaron shocks importantes no solo para la economía del Paraguay, sino también para el mundo en general. Los efectos siguen sintiéndose actualmente pese a mostrar signos de recuperación, por lo que establecer el equilibrio es el punto clave para las autoridades.
El doctor en economía y exministro de Hacienda, César Barreto, coincidió en que el país recibió varios choques negativos, por lo cual los últimos años fueron bastante difíciles. Indicó que el enfrentamiento con estos factores tuvieron su incidencia en la economía del país que, si bien logró superarlos, “nos dejó más debilitados de hace cinco años”. Afirmó que las condiciones financieras sólidas con las que recibió el país del gobierno anterior permitió que se puedan sortear esas coyunturas; sin embargo, el efecto negativo más directo se puede observar en la situación fiscal del país con un déficit superior al máximo establecido por la ley, con una deuda más pesada sobre el producto interno bruto (PIB) del país que alcanza los niveles del 35 %, lo que considera bastante altos para un país con el nivel de crecimiento con el que contamos. Si bien el nivel de la deuda pública para algunos analistas locales sigue estando en buenos niveles en comparación con el promedio regional, el mismo fue aumentando en los últimos años, lo que también genera cierta preocupación debido a que demuestra que Paraguay cuenta con una mayor necesidad de financiamiento, lo que a su vez afecta la estabilidad económica.
“La principal tarea que queda por el momento es el de reducir el déficit fiscal a los límites de la ley de responsabilidad fiscal de vuelta, lo que no se completó. Yo creo que nosotros hubiéramos hecho más esfuerzo en los años anteriores para converger más rápidamente; sin embargo, aparentemente este año el déficit va a terminar por encima de lo que se autorizó en el presupuesto”, indicó.
Según los datos del Ministerio de Hacienda, desde el 2013 hasta el 2018 Paraguay cumplió con la ley de responsabilidad fiscal que pone un límite de 1,5 % para el déficit; sin embargo, en los últimos cinco años no se logró esa meta como consecuencia de los factores externos e internos que afectaron las finanzas públicas del país. En 2022 el país cerró con un déficit de 3 %, por lo que se estima que para este año estaría sobre ese porcentaje teniendo en cuenta las deudas que acarrea el Estado con los proveedores.
Barreto consideró que esta situación amplía el compromiso de las autoridades de tener que volver a la senda de la responsabilidad fiscal que aseguró es muy importante para sostener la confianza en la política económica del país. Por su parte, el economista Jorge Garicoche aseguró que las condiciones macroeconómicas del país se mantienen estables, pero existe una necesidad de mejorarlas.
En cuanto a lo fiscal indicó que existen muchos desafíos y lecciones aprendidas que se han dado en los últimos años donde si bien se dio un gran impulso a la inversión pública, ocasionó un crecimiento del déficit. “Tenemos ese desafío de apuntar hacia una convergencia, creo que el arte de ver cómo poder hacerlo va a ser evitar tener el menor impacto en ese ritmo de inversión, pero haciendo sostenible nuestro déficit”, dijo.
Añadió que las nuevas autoridades deben dar total prioridad a mantener y sostener los niveles de crecimiento económico, pero cumpliendo con las responsabilidades asumidas por el Gobierno, tanto frente a las constructoras como a las farmacéuticas, debido a que son proveedores del Estado y que contribuirá a la formalización de la economía.
Para Garicoche, el manejo de la inflación y el sostenimiento de la convergencia que se está dando últimamente representa un gran desafío para el gobierno entrante debido a que se trata del mayor condicionamiento de las personas y de su microeconomía.