Paraguay viene experimentado un estancamiento en la producción ganadera ante los diferentes factores climáticos y situaciones propias del sector. Sin embargo, referentes del sector aseguran que la leve baja en el stock vacuno no afectaría las exportaciones, mientras apuntan a la mayor apertura de mercados.
El sector ganadero enfrenta un nuevo año de desafíos no solo referente a la producción, sino también a la apertura de nuevos mercados. Sin embargo, desde hace varios años se viene visualizando un estancamiento en el hato ganadero, siendo esta situación una gran preocupación para los principales productores.
No obstante, Víctor Brusquetti, miembro de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec), dijo en comunicación con La Nación/Nación Media que la vacunación contra la fiebre aftosa no terminó por lo que no tienen, hasta el momento, acceso a los números oficiales del hato ganadero.
Apuntó a que las estimaciones respecto a la disponibilidad de ganado en el país indican que estaría en el orden del 1,5% por debajo del registro del año anterior. Cabe resaltar que en el 2022, el stock bovino estuvo en 13,5 millones de cabezas, lo que representó una reducción del 3% en comparación con el 2021.
Respecto a la reducción, dijo que no es un número que pueda indicar un impacto negativo para las exportaciones atendiendo a que el hato nacional puede sostener una oferta internacional de 130.000 toneladas, en números actuales. Explicó que la preocupación está enfocada en mayor porcentaje en la posibilidad de envíos por lo que la apertura de nuevos mercados es indispensable para el sector. “No podemos seguir con la misma estructura dependiente de tres mercados, la apertura de China, Sudeste Asiático y USA son de extrema importancia para nuestra economía”, agregó.
Manifestó que el sector pecuario emplea a más de 750.000 personas en forma directa, por lo cual, a su consideración, el ganado vacuno representa el bien de ahorro más importante en la economía rural. Añadió que si no cuidan al productor, puede impactar muy negativamente en la estructura económica del campo, lo que también generará la expulsión de los habitantes hacia las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades económicas.