La tan prolongada y tediosa deuda del Estado para con las empresas constructoras y vialeras ya lleva casi 3 años y pese al tiempo siguen, prácti­camente en las mismas con­diciones, pues se fue arras­trando desde el inicio de la pandemia en el 2020 y se con­virtió en la “sequía” del sec­tor de la construcción y obras.

Esto a raíz de la falta de dis­ponibilidad del Gobierno, que si bien se endeudó por más de US$ 1.200 millones, estos recursos fueron direcciona­dos preferentemente al sec­tor salud, dejando de lado a otros segmentos como lo fue el de obras que todavía arrastra una deuda de US$ 300 millones.

Al respecto, el presidente de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa), Paul Sarubbi, conversó con el programa “Así con las cosas” de Uni­verso 970/ Nación Media y destacó que se haya tenido que priorizar el componente salud durante la pandemia, que ocasionó a la vez un des­calce financiero afectando de sobre medida al rubro.

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Por ello es que solicitaron al Banco Central del Paraguay (BCP), a través de una nota petitoria, que se emita una resolución que no modifique al sector de la construcción la categoría crediticia, tal y como se realizó con el sector agrícola cuando se presentó la sequía.

“Lo que para el sector agrí­cola es la falta de agua es una sequía, para nosotros la falta de cobro es nuestra sequía”, expresó el titular de Cavialpa. Explicó a la vez que dicha soli­citud es vital, porque las cons­tructoras y vialeras se apalan­can con los bancos. Al tiempo de agregar que al cortarse la cadena de pagos tiene mucha implicancia, porque la car­tera del sector de la construc­ción es muy importante por la cantidad de proveedores de materiales, de servicios, de los equipos y maquinarias que adquieren a largo plazo, dijo.

En cuanto a los pagos, Sarubbi señaló que se aprobaron dos créditos programáticos, que con una parte de la disponi­bilidad de este fondo se pagó cierto monto que disminuyó de alguna manera el total, pero las obras deben seguir ejecutándose mes a mes, con lo que el monto de la deuda sigue aumentando.”Ahora estamos con un compromiso que nos paguen de un rema­nente del año pasado. Tam­bién está previsto otro crédito programático que se está ges­tionando, pero lo cierto es que seguimos con una deuda de más de US$ 300 millones”, sostuvo Sarubbi.

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