El sector ganadero se enfrenta a un nuevo año de ajustes e importantes desafíos para hacer frente a la caída de los precios, el aumento de los costos para el productor y la falta de mercados internacio­nales. Coyuntura que acen­túa la reducción, año a año, del hato ganadero a nivel país. El stock de bovinos cerró el año 2022 en 13,5 millones de cabezas, con una reducción cercana al 3%, según datos publicados por la Asociación Rural del Paraguay (ARP), y para este año se proyecta una nueva disminución en torno a las 200 mil cabezas.

“Existen varios problemas que afectan a la producción, lo primero es que el mer­cado funcione bien para que los precios sean competi­tivos. El año pasado, entre enero y diciembre, bajó un 18,5%. Entonces, el pro­ductor necesita vender más ganado -en lugar de 100 cabe­zas, puede que deba vender 150 cabezas- para pagar su cuenta”, comentó Fernando Serrati, titular de la Asocia­ción Paraguaya de Producto­res y Exportadores de Carne (Appec). A esta situación se suma el aumento de los cos­tos, entre ellos el encareci­miento del combustible y de las materias primas, reajus­tes de salarios y la inflación; además de las coyunturas cli­máticas.

Para Serrati, otro problema importante es la falta de mer­cados internacionales, ya que Paraguay no está presente en mercados como NAFTA, integrado por Estados Uni­dos, Canadá y México, y grandes compradores de carne como China y Corea del Sur. “Estamos en mercados inte­resantes, pero faltan los principales mercados alter­nativos para vender nuestra carne”, agregó.

Explicó que los producto­res trabajaron para aumen­tar el hato, mejorar la calidad e incrementar el volumen de las exportaciones, incluso la industria creció a través de nuevas inversiones. Se prepararon para llegar a los mer­cados más exigentes, pero siguen afuera. Actualmente, los principales mercados son Chile, Brasil, Taiwán, Rusia e Israel.

A la falta de precios compe­titivos y de grandes merca­dos, Serrati añadió la per­cepción de una mala política industrial para el sector. “Paraguay tiene problemas estructurales muy serios que debemos abordar para poder tener un pronóstico positivo, si no seguirá la tendencia a la baja y vamos a terminar liquidando un negocio que es buenísimo para el país, así como sucedió con el algo­dón”, señaló. Consideró que es fundamental que la indus­tria trabaje junto con los pro­ductores para el desarrollo equilibrado y competitivo del sector. En este contexto, indicó lo apremiante de crear un instituto de la carne que brinde trazabilidad y trans­parencia en las operaciones, lograr que cada productor acceda a las informaciones necesarias, el monitoreo de los mercados y la promoción del producto.

Este año 2023 inició con una considerable disminución. El promedio obtenido fue de US$ 4.623, lo que representó una caída del 11,5% en relación con enero del año pasado.

La exportación de carne bovina generó US$ 106,1 millo­nes en el primer mes regis­trando una reducción del 3,5 % en relación con lo ingresado en enero del 2022 (US$ 110 millones), según el informe del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa).