Las exportaciones del sector avícola tuvieron un repunte importante en el primer mes del año en compara­ción con el mismo período del 2022. Enero cerró con un volumen de 919,4 tonela­das enviadas por un valor de US$ 830.882, lo cual repre­sentó 500,3 toneladas más que en el lapso anterior, según informó el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa).

Al respecto, desde la indus­tria sostuvieron que el incre­mento en las exportaciones de carne, menudencia y des­pojos se debió a consecuencia de una caída en el mercado local, por lo cual los embar­ques se realizaron en mayo­res cantidades. A inicios del año pasado se registraron las salidas de 419 toneladas por US$ 199.064.

Guillermo Vargas, gerente de exportaciones de la firma Pollpar, indicó a La Nación/Nación Media que el con­trabando siguió afectando a las empresas, así como el menor poder adquisitivo de las personas. “Eso hace que las industrias tengan un sobrante. El mercado local está muy resentido por el con­trabando de pollos en Argen­tina”, dijo.

A raíz de ello se utilizó a la exportación como una vál­vula de escape del producto sobrante en nuestro país. “Esa es la realidad y para poder seguir produciendo; además, para mantener los puestos de trabajo”, men­cionó, agregando que con ello se pueden mantener las fuentes de trabajo por el momento.

Los ingresos se distribu­yeron entre destinos como Proveeduría Marítima en un 22%, Georgia 19%, Irak 13%, Bahamas 11%, Rusia 9%, Angola 7%, Guinea 6%, Haití 5%, Mozambi­que 4%, Liberia y Ghana 2%. En relación con los pre­cios, declaró que a media­dos del año pasado se tuvie­ron momentos en los que los precios internacionales estuvieron muy altos y ayu­daron a incentivar las sali­das al exterior y paliar el problema del contrabando.

“Saliendo del covid-19 hay un problema en el poder adqui­sitivo en el Paraguay, se nota una disminución en el con­sumo”, argumentó. Vargas señaló que la medición del descenso se torna difícil por­que hoy el flagelo representa aproximadamente 30% del grueso de las ventas de los productos.

Para este 2023 esperan que se dé una recuperación de los precios internacionales, teniendo en cuenta que con la finalización de la tempo­rada invernal en el hemisfe­rio norte el consumo podría aumentar, además de la reducción de la producción en otros países.

Guillermo Vargas también mencionó que con estos resulta­dos observaron que los valores aumentaron porque ante­riormente se enviaban principalmente cortes que sobra­ban, como cuello, garras o puchero; y como empezó a sobrar mucho más muslo, pechuga o alas, se empezaron a enviar al mercado de afuera por la menor venta local. “Esa es la expli­cación del porqué se ve un salto tan repentino en la avicul­tura”, aseguró el gerente.