El Banco Central del Paraguay (BCP) pro­nosticó un mejor por­venir económico para todo el país durante el 2023, a tra­vés de una mejor campaña agrícola. No obstante, men­cionaron que la evolución del clima, con la posible apari­ción del fenómeno La Niña, sigue siendo un riesgo para lograr el crecimiento econó­mico esperado.

La banca matriz, en su informe de proyección de cre­cimiento, indicó que para el 2023 se espera una expan­sión del producto interno bruto (PIB) de 4,5%, princi­palmente por la recuperación que seguirá experimentando la agricultura durante el pri­mer semestre del 2023 tras un magro desempeño regis­trado en el 2022. También se prevén expansiones, aunque en niveles más moderados, en los sectores de manufac­tura, electricidad y agua y los servicios en general. Por otro lado, y desde la perspectiva del gasto, se prevé un mayor dinamismo en la demanda externa neta y, en menor medida, en la demanda interna.

Pese a eso, en el plano local consideran que los riesgos para el crecimiento de la economía se derivan prin­cipalmente de la evolución del clima, del cual depende la buena proyección agrí­cola. Indicaron que en los últimos meses las condicio­nes climáticas han mejo­rado significativamente, por lo que la perspectiva sobre los resultados de la campaña agrícola 2022-2023 es bastante positiva.

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OPTIMISTA

Mencionaron que aún así las predicciones de las lluvias para enero del 2023 mues­tran resultados optimistas para el desarrollo de los cul­tivos, lo que podría derivar en una mejor cosecha para toda esta campaña. Si bien las esti­maciones apuntan a una recu­peración de la cosecha de soja, indicaron que no se llegaría a los niveles de los 10 millones de toneladas.

Durante el 2022, la economía paraguaya solo creció 0,2% como consecuencia de la cri­sis económica generada por la guerra en Ucrania y por la prolongada sequía durante la campaña 2021-2022, que oca­sionó el quiebre en la cosecha del 70%. Tanto las exporta­ciones como el sector indus­trial local se vieron afectados por esa situación debido a la falta de materia prima. Indi­caron que a través de este mejor escenario económico se podría lograr además una desaceleración de la infla­ción que, si bien ya se ha ini­ciado con ese proceso, sería más pronunciado durante los próximos meses. No obs­tante, el primer mes estaría marcado por una inflación base de 0,3% producto de la energía eléctrica que estaría ubicándose en su precio habi­tual con la finalización de los descuentos.

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