Un reciente análisis basado en un informe emitido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) indica que las crisis que se suscitaron a nivel mundial desde la pandemia del covid-19 hasta la guerra ruso-ucraniana hicieron que los alimentos y los insumos claves para la agricultura regional estén en riesgo.
El documento especifica que los impactos de la guerra sobre los sectores productivos deben entenderse en el contexto de las diversas crisis que afectaron a la economía mundial en los últimos 15 años: la crisis financiera del 2008, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China; y desde el 2020, el coronavirus.
Incluso, siendo que América Latina cuenta con uno de los mayores superávits agropecuarios del mundo, enfrenta un aumento de la pobreza extrema, hambruna y diferentes amenazas a la seguridad alimentaria. Desde Cepal advirtieron que las alzas de los precios internacionales de los alimentos e insumos afectan tanto a los países exportadores como a los importadores netos de alimentos; además, se debe tener en cuenta que la región importa más del 80% de los fertilizantes utilizados en la agricultura.
“Una reducción en los rendimientos y las cosechas de productos claves para la seguridad alimentaria debido a una menor fertilización se sumaría a los efectos dañinos de la inflación de alimentos sobre la población más vulnerable”, manifestó el secretario ejecutivo de la comisión, José Manuel Salazar-Xirinachs.
En ese marco, refieren que la inflación en el sector alimentario aumenta las posibilidades que tienen las personas para acceder a una alimentación saludable, por lo que es propensa a la inseguridad alimentaria y al hambre que golpea a los hogares con menores ingresos.
Por su parte, la FAO para América Latina y el Caribe expuso que el hambre aumentó en la región en un 30% entre el 2019 y 2021, y que los precios de los alimentos aumentaron más que la inflación general en la región desde fines del 2018 y se aceleraron a partir de mayo del 2020.