Durante el casi medio siglo que forjaron construyeron obras de todo tipo como rutas, puentes, edificios, caminos diversos.

Desde 1974, Roggio Paraguay creció priorizando el com­promiso con el desarrollo del Paraguay. Lo hizo apoyado en su espíritu emprendedor con el que a lo largo de sus 48 años fue ejecutando decenas de obras privadas y públicas que ofrecen soluciones de infraestructura en un país en crecimiento. El pasado miércoles celebró su aniver­sario con mucho orgullo por el camino recorrido, desde la certeza de haber transfor­mado realidades y elevado la calidad de vida de las perso­nas. Como testimonio de la condición de empresa con­solidada que sigue creciendo, celebró este hito en su nueva sede corporativa construida en la Costanera de Asunción, una obra en la cual la propia compañía tuvo el privilegio de participar y que refuerza la apuesta para amigar al río con la ciudad. “Es un gran orgullo mudarnos de casa después de más de 40 años. Esta empresa que está cumpliendo 48 años de vida tiene una historia larga en la ingeniería paraguaya cons­truyendo varias obras icó­nicas”, expresó en conversa­ción con La Nación/Nación Media, Óscar Franco, pre­sidente de la firma.

Toda su historia representa un gran orgullo, puesto que mejoran el nivel de vida de los paraguayos y también los integran socialmente. “Siempre uno tiene espe­ranza en el futuro, ojalá que nuestro país siga creciendo y ojalá que podamos ser pro­tagonistas de eso”, remarcó.

Esta felicidad la comparten desde el mejor lugar: la digni­dad del trabajo. Así también, agradecen el compromiso y el esfuerzo de sus colabora­dores, sintiéndose honrados por la confianza que reciben de quienes les encomien­dan sus proyectos. Franco expresó su gran emoción durante la noche y señaló: “Hoy nuestra empresa Benito Roggio e Hijos llega a su nuevo hogar. Estamos aquí en la Costanera Norte de Asunción, una obra que produjo y encarna un cam­bio real, tangible, en la vida de cientos de miles de perso­nas”, mencionó.

Destacó que fue construida por la empresa marcando un antes y un después en el país, por ello escogieron la ubicación para su nueva sede demostrando el orgullo por el trabajo y la convicción de que el futuro de la capital está de cara al río. “Casi cinco déca­das atravesando coyunturas difíciles pudimos estar a la altura de las más duras de las exigencias, gracias a que desde el primer día conta­mos con los mejores talentos y apoyamos constantemente su capacitación”, aseguró.

En este tiempo, lograron saber transmitir a todos sus colaboradores una cultura de calidad, de rigor y buen hacer que se convirtió en el alma y el elemento referen­cial de la misma y de quienes son parte de ella. Durante el casi medio siglo que forjaron construyeron obras de todo tipo como rutas, puentes, edificios, caminos diversos, cuya existencia es el avatar de la cultura de Roggio, las cuales resaltan por ser obras sólidas y transformadoras. El legado que deja la firma es indudablemente poderoso, puesto que los visitantes que llegan a Asunción tienen su primer contacto cercano con la ciudad a través de una de sus obras, como el aero­puerto Silvio Pettirossi. Asi­mismo, si deciden ir al micro­centro, el camino más rápido es a través del Corredor Vial Botánico, otra de sus cons­trucciones, para luego tomar la Costanera Norte.

“No es una exageración decir que el rostro del Para­guay ha sido esculpido más bien por nuestras manos”, resaltó. Además, desarrolla­ron otras obras de vital rele­vancia para el desarrollo del país: el Corredor de Expor­tación, la Ruta de la Leche, la Ruta 3 e innumerables traba­jos. También priorizaron las necesidades sociales de las comunidades donde tuvieron oportunidad de construir, incorporando con regulari­dad a personal y hasta fami­lias enteras en las áreas de trabajo, sirviéndoles de sus­tento y poniendo a su alcance capacitación profesional.

Roggio se caracteriza por incluir la presencia de muje­res en roles que en algunos casos tradicionalmente son reservados para hombres. “Hoy ellas toman su lugar donde están sus capacida­des, ya sea manejando un tractor, un camión o en un rol gerencial. Espero que en poco tiempo sea normal ver tanto a mujeres como hom­bres en jefaturas de obras”, dijo.

Emilio Gill, gerente comer­cial, expresó que la nueva sede representará un hito puesto que será el nuevo punto de crecimiento del sector corporativo de Asun­ción. “Estamos muy felices, siempre nos caracterizamos por elevar la calidad de vida de la gente. Estamos explo­rando nuevas áreas y tene­mos el gran desafío de moti­var a todo un sector a que al igual que nosotros vengan a este lugar a invertir”, pun­tualizó.

Entre otras de sus recono­cidas obras se encuentran el aeropuerto de Luque, hoy llamado Silvio Pettirossi, la Embajada de Argentina, el desvío San Bernardino, la ampliación de la Ruta 2, la construcción de la ruta María Auxiliadora–Natalio, rehabilitación y ampliación de la Ruta 9, construcción de la pista del aeropuerto Fuerte Olimpo, la ruta Cruce Guaraní–Corpus Christi, la ruta Suizo Cué–Maracaná, ruta Vallemí–San Lázaro y diversas obras eléctricas, entre otras.