El sistema financiero paraguayo avanzó con la incursión de los medios de pago digitales, que crecieron fuertemente con las nuevas tecnologías. Recientemente se adhirió una nueva herramienta al mercado, que hoy está ganando protagonismo: la tarjeta prepaga. Así lo indicó Raúl Alvarenga, presidente de la Cámara Paraguaya de Medios de Pago (CPMP), destacando que las prepagas empiezan a tomar terreno.
“Esta herramienta tendrá un papel fundamental en generar esta inclusión, por sobre todo contribuir positivamente a grandes sectores de la población, ya que la prepaga no solo puede ser un instrumento financiero, sino también de ordenamiento y disciplina para la gente que la sepa adoptar como mecanismo habitual de operación”, explicó.
El titular de la Cámara de Medios de Pago resaltó que los números proyectados para el cierre de este año son bastante positivos, que irían mejorando más adelante, siempre y cuando se hagan los deberes correspondientes.
“Nosotros tenemos que ofrecer al público en general nuevos atractivos, pero es ahí también donde tenemos el desafío de generar con el sector público iniciativas que fomenten el uso de nuestros productos. Todo el espacio que se puede generar con incentivo a la industria creo que puede contribuir favorablemente”, especificó. En ese marco, Alvarenga citó la Ley de Inclusión Financiera y Transparencia, que será un primer paso importante para ir construyendo cosas nuevas en este sector.
DIMENSIÓN DEL MERCADO
En el seminario internacional Pay Meeting 2022, según el informe estadístico de la Cámara de Medios de Pago, se observó que en cuanto a las dimensiones del sector se contará con un crecimiento de comercios del 9%, ya que pasó de 36.237 a 39.533 al cierre del año. Se contará además con 70.734 POS. La cifra será un 4% mayor respecto al cierre del año pasado y con un aumento del 1% en la cantidad de cajeros automáticos o ATM en el país, que pasará a contar con 1.556 unidades disponibles.
La cantidad de tarjetas de crédito y débito crecerá, siguiendo la tendencia desde el 2020. Las primeras aumentarían 11%, con una cantidad de tarjetas vigentes de 1,28 billones; en tanto las de débito subirán 5%, acumulando unos 2,70 billones de plásticos.