La economía de Para­guay se contrajo solo un 0,6% en el 2020, lo que la convierte en la econo­mía latinoamericana con la contracción menos severa, y se recuperó en el 2021 con un crecimiento superior al 4%, señaló Moody’s, calificadora de riesgo que pronostica una caída del producto interno bruto (PIB) para este 2022.

“Para 2022 esperamos que la economía de Paraguay se contraiga 1% en térmi­nos reales, ya que las condi­ciones de sequía severa han afectado al sector agrícola y al sector hidroeléctrico, los cuales representaron el 49% y el 15% de las exportaciones totales en el 2021, respecti­vamente”, sostiene la califi­cadora en un informe publi­cado recientemente.

En su reporte, Moody’s señala que el 22 de julio afirmaron la calificación Ba1 de Paraguay y cambiaron la perspectiva de estable a positiva. Los impul­sores clave fueron: (i) un his­torial de crecimiento sólido y una política fiscal prudente demostrada por métricas de deuda que se comparan favo­rablemente con los soberanos calificados Baa; y (ii) refor­mas estructurales y fiscales que apoyarán la fortaleza ins­titucional y la gobernabilidad.

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“Establecimos el puntaje de fortaleza económica de Para­guay en ‘ba1′ para reflejar fuertes tendencias de creci­miento y una menor volatili­dad del crecimiento del PIB, con niveles de riqueza lige­ramente por debajo de los de sus pares. Estos factores son parcialmente compensa­dos por la economía relativa­mente pequeña de Paraguay y la dependencia de la agri­cultura”, argumenta la cali­ficadora.

Por otro lado, explican que el PIB nominal de Paraguay de alrededor de US$ 39.000 millones en el 2021 es menor que la mediana Ba de US$ 63.000 millones, mientras que el PIB per cápita (basado en la paridad del poder adqui­sitivo) de US$ 13,722 en 2021 fue ligeramente inferior a la mediana Ba de US$ 16,161. “Entre 2010 y 2019, la econo­mía de Paraguay se expan­dió a una tasa anual prome­dio de 4% en términos reales, por encima de la tasa de cre­cimiento promedio de 3,2% para la mediana Baa y la mediana Baa de 3,5%”, sos­tienen los analistas interna­cionales.

Si bien las perturbaciones relacionadas con el clima y la importante contribución de la agricultura a la producción resultaron históricamente en cierta volatilidad econó­mica, los desarrollos positi­vos en curso en la diversifi­cación económica, significan que la volatilidad en la pro­ducción económica está dis­minuyendo. Todo esto parti­cularmente relacionado con los esfuerzos para aumentar el valor agregado de las exporta­ciones agrícolas y la mejora de la infraestructura a través de la inversión pública. “Espera­mos una fuerte recuperación en 2023 con un crecimiento real del 5%”, agrega Moody’s.

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