El ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Fernández Valdovinos, se reunió con Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), en oficinas de este órgano de la Unión Europea en Fráncfort (Alemania), donde abordaron sobre la inflación, el crecimiento en un contexto de incertidumbre, y las capacidades de Paraguay para lograr el éxito económico y el bienestar de su población.
Como directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Lagarde tuvo la oportunidad de visitar Paraguay en el 2018, en una gira que incluyó reuniones con el entonces presidente de la República, Horacio Cartes, y con otras altas autoridades nacionales y recorridos a proyectos emblemáticos como el barrio San Francisco y Ciudad Mujer. Asimismo, pudo mantener un importante diálogo con mujeres que ocupaban cargos públicos, con líderes de la sociedad civil y con jóvenes en diversas instancias. Tuvo la oportunidad asimismo de visitar la hidroeléctrica de Itaipú, la mayor fuente de energía renovable del mundo.
En ocasión de la visita de Fernández Valdovinos, la abogada y política francesa recordó su paso por Paraguay hace cuatro años, sobre el cual mantiene el concepto de que posee todas las condiciones para convertirse en la “Suiza de América”. Esto considerando el contexto político regional actual y su potencial de producción de energía limpia y barata, así como su facilidad para la producción de alimentos, su enorme disponibilidad de recursos hídricos, su mano de obra joven y fácilmente entrenable, además de su estabilidad macroeconómica desde hace casi veinte años. Todo ello, resaltó, la hace muy atractivo para las inversiones extranjeras.
El encuentro se mostró como una oportunidad para intercambiar ideas sobre connotados aspectos que preocupan no solo a las economías avanzadas como la zona euro o EEUU, sino también a las emergentes. Los actuales niveles de inflación, coincidieron Largade y Fernández Valdovinos, obedecen a shocks de oferta provenientes de las cadenas de suministro y de la guerra Rusia-Ucrania; y de demanda, vinculados con mayores niveles de consumo de alto componente de servicios tras dos años de pandemia, generando fuertes presiones al alza de los precios, focalizadas mayormente en energía, alimentos y el ya mencionado sector terciario.
Enfatizaron la necesidad de que los bancos centrales deben más que nunca mantenerse fieles a su mandato de orientar todos sus esfuerzos al control de la inflación. Resaltaron que estas instituciones deben actuar firme y decididamente ante cualquier deterioro de dicha variable a mediano plazo, sobre todo si se observa un desanclaje de las expectativas. Lagarde, reconocida hacedora de política monetaria, consideró crítico que los bancos centrales asuman el rol protagónico en el combate a la inflación, enfocando todos los instrumentos disponibles para ello. De hecho, muchos bancos centrales han pasado de un perfil de política monetaria expansiva a niveles neutrales, e inclusive anunciando ya medidas que modifican esta tendencia hacia un enfoque más restrictivo, precisamente, dada la preocupación del efecto de la inflación en el ingreso de las familias.