Han pasado tres décadas desde que aquella maestra argentina de Entre Ríos decidiera dejar las aulas y, en la búsqueda de un futuro mejor para su familia, volcarse hacia un mundo totalmente nuevo para ella, una actividad que más que un trabajo considera es un acto de servicio, un culto a la hospitalidad. La gerente general del Sheraton recuerda sus inicios en la industria hotelera y celebra cumplir 12 años de una feliz vida en Paraguay, al frente del hotel más importante del país.

“Estoy feste­jando mis 30 años en la hos­pitalidad. No puedo creer que ya haya pasado todo ese tiempo, porque trabajando me siento como si tuviera 30, realmente, y eso creo que está bueno”, dice entre risas la gerente general del Shera­ton Asunción Hotel y Aloft Asunción Hotel, una mujer distinguida, dinámica, con la cordialidad siempre a flor de piel, y en cuyos ojos se reflejan amor y pasión al hablar de su trabajo, al que considera una vocación de servicio.

En un encuentro con La Nación de Nación Media, María Raquel Gavagnin recuerda su incursión en un ámbito que hasta 1992 le resultaba total­mente nuevo. “Yo era docente antes que hotelera. Empecé en la hotelería por una cuestión de buscar mejores horizon­tes. Cuando se me presentó la oportunidad de trabajar en el ámbito y me hablaron de los requisitos yo dije: ‘Lo quiero hacer y lo quiero probar’. Así fue que comencé en el Liberta­dor Kempinski Hotel, en Bue­nos Aires, que luego se volvió Starwood Sheraton Liberta­dor Hotel en 1999″.

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Allí trabajó durante 18 años, comenzando desde posicio­nes de base como executive housekeeper (ama de llaves) pasando por la recepción y luego como gerente de habi­taciones. Estudió Técnico en Hotelería. Se preparó dos años para ser gerente gene­ral y en 2010 llegó a Paraguay para asumir la gerencia gene­ral del Sheraton Asunción Hotel.

Raquel Gavagnin está a cargo de la gerencia general del Sheraton Asunción Hotel desde el 2010: “Un tiempo de mucho crecimiento y enriquecimiento, de formación de equipos, de liderazgo, por supuesto con la excelencia de esta marca que es el Sheraton”, dice.FOTO:ROBERTO ZARZA

ENTREGA Y DESAFÍOS

El camino transitado en sus inicios no estuvo exento de grandes sacrificios como, por ejemplo, el hecho de tener que viajar durante dos años 550 kilómetros, todos los fines de semana, para ir al tra­bajo. “Fue todo un desafío acomodar a la familia para que yo pudiera viajar. Esta­mos hablando del año 93, 94. No era común que una mujer viajara y dejara a la familia”, dice. En ese tiempo vivían en La Paz, Entre Ríos, donde su marido estaba destinado como oficial de la Prefectura Naval.

“Yo viajaba todos los fines de semana a Buenos Aires. La más chica de mis hijos tenía 9 años; tengo cuatro hijos. Pero si no hubiéramos hecho ese sacrificio en familia no esta­ría hoy acá”, dice y añade que en la carrera de la hotelería es importante tener una fami­lia que acompañe porque “es una actividad muy deman­dante, son muchas horas de trabajo”, enfatiza. Posterior­mente, se instalaron en Bue­nos Aires, “y ahí el que tenía que viajar era mi marido, pero en 2010, cuando me hacen la propuesta para venir acá a Asunción, él se retira de la profesión para poder venir conmigo. Mis hijos, ya gran­des, se quedaron todos a vivir en la Argentina”, relata.

FELICES EN ASUNCIÓN

Pasaron 12 años desde su arribo a Paraguay: “Esta­mos felices de estar acá, en Asunción. Nunca me ima­giné llegar a vivir aquí tanto tiempo, y tampoco me he ocupado ni preocupado por ir a otro lado. Posibilida­des siempre hay, pero a mí me encanta lo que hago acá. Además, es un honor traba­jar con este equipo del Shera­ton Asunción. También abri­mos Aloft, en el 2016. Así es que este camino andado ya en Paraguay fue un tiempo de mucho crecimiento y enri­quecimiento, de formación de equipos, de liderazgo, por supuesto con la excelencia de este hotel y de esta marca que es el Sheraton”, expresa.

Actual presidenta de la Asun­ción Convention & Visitors Bureau, Raquel Gavagnin considera que con el Sheraton han marcado un camino de excelencia “y hemos logrado que la hotelería se posicione con mucho nivel en el país. Paraguay es reconocido por su gente, su cordialidad y res­peto. Es un valor que no se debe perder nunca. Todos los huéspedes marcan la cordia­lidad que tiene la gente local y nosotros, por supuesto, con los valores de la marca, todo eso se potencia”.

Destaca que a lo largo de estos años, también se ha logrado dar posibilidades de mucho crecimiento profesional, pero también personal. A cargo de un staff de 80 personas, número que muchas veces se amplía temporalmente cuando hay eventos especia­les, sostiene que los recursos humanos son el corazón de cualquier hotel, no importa el tamaño, “porque tratamos con personas que confían en que les vamos a dar un buen servicio y que vamos a cum­plir con sus expectativas”.

“La hotelería es un mundo tan apasionante, es algo que uno tiene que hacer con amor, con vocación, porque es servicio. Pero también nosotros, en el Sheraton, tenemos muchas herramientas para lograr todo esto, para dar un servi­cio genuino, de excelencia y apostamos a las personas, a los equipos y eso para mí es muy importante”, manifiesta.

ESCUCHAR, CELEBRAR Y RECONOCER

FOTO:ROBERTO ZARZA

Raquel Gavagnin sostiene que un buen líder tiene que ser totalmente transparente, de puertas abiertas y que, sobre todo, tiene que pre­dicar con el ejemplo. “Dar oportunidades de creci­miento y escuchar, escuchar al equipo, consultar, ver qué ideas tienen. Hacer un tra­bajo en equipo donde todos se sientan importantes y parte. La diversidad también es muy importante; es decir, todas las opiniones cuentan. Después veremos cómo defi­nimos entre todos, pero es una manera de liderar que me parece que hoy día es la que funciona”, remarca.

“Celebrar y reconocer es sumamente importante”, agrega. “Tenemos que decir cuando las cosas están bien, cuando logramos un objetivo, celebrarlo y reconocerlo con las personas que alcanzaron esas metas. Diver­tirnos también, porque estamos muchas horas acá. Generar acti­vidades, preocuparnos después de cada uno, conocer a las per­sonas con las que se está trabajando. Eso también nos permite formar un equipo unido y consolidado”, enfatiza Gavagnin quien, a pesar de las casi diez horas diarias dedicadas al hotel, encuentra siempre un espacio para leer, mimar a sus plantas, hacer ejerci­cios y conocer distintos lugares del Paraguay.

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