“Es un rubro que tiene impacto social, ambiental y en la renta. Social porque genera mano de obra a todos los miembros de la fami­lia”, cuenta Susana Barúa, veterinaria especialista en Acuicultura, que insiste en que debería impulsarse con presupuesto público el desa­rrollo de esta alternativa eco­nómica. Expertos del sector estiman en 19 mil toneladas la producción del 2022, que podría ser mayor con buena asistencia.

Barúa fue coordinadora del Programa Nacional de Desa­rrollo de la Acuicultura Sos­tenible que dice es un linea­miento importante pero que “hoy no tiene presupuesto, está dependiendo del Pro­grama Nacional de Fomento Pecuario”. “La piscicultura es un rubro no tradicional que se inició en la década del 40 con la especie carpa, ya en los 60 llegó la tilapia”, señala, pero la falta de asistencia técnica fue haciendo que se abando­naran piletones y estanques. Desde el 2010 “comenzamos a trabajar con productores y en la formación de centros de producción modelos demos­trativos como el de Itacurubí del Rosario (San Pedro) donde el productor puede conocer cómo se construye un estan­que y de esa manera avanzar. Tener el apoyo del gobierno local es mejor porque tiene un costo de inversión inicial de 5 millones de guaraníes”, comentó.

Las ventajas que otorga la piscicultura son innumerables, por ello piden que se invierta en su promoción.FOTO:GENTILEZA

Además del Programa Nacio­nal y las binacionales Yacyretá e Itaipú que impulsan la pisci­cultura, también el programa Ñapu’ãke de la Oficina de la Primera Dama aparece entre los promotores públicos de la actividad. Por lo pronto, este año el Gobierno tiene pro­yectado entregar 30 mil ale­vines a pequeños produc­tores. La jefa de la División Embalse de Itaipú, Ana Gos­sen, dijo que beneficiarán a los asentamientos que trabajan con el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tie­rra (Indert). Destacó que, en total, se tiene previsto proveer peces a 350 productores, apro­ximadamente, y más de 250 estanques. “Nosotros entre­gamos los peces y el Indert hace el acompañamiento para el correcto crecimiento y el apoyo técnico a los pro­ductores de estos asentamien­tos que están distribuidos en diferentes departamentos”, resaltó.

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ASISTENCIA

Para Barúa lo principal es que no se deje de brindar asisten­cia técnica “o si no se dejan los proyectos. Tiene que haber 2 o 3 años para que se afirme la cultura de producción piscí­cola, porque es un rubro pecu­liar que va de 6 meses cuando es tilapia, a un año si es pacú, que hay que trabajar para poder producir”, explica.

“Aquí se aprovecha un 5% del potencial de nuestros recur­sos naturales. Debemos incre­mentar ese número para pro­ducir de manera sostenible, amigablemente con el medio ambiente, pero hay que seguir trabajando con gobiernos locales, departamentales y empresas privadas que pue­dan trabajar y apoyar a través de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La téc­nica asegura que la principal debilidad del sector “es la falta de unificación de criterios téc­nicos en el área de producción. Por ejemplo, en la construc­ción de estanques se va un téc­nico y dice una cosa, después va otro y dice otra y confunde a los productores”, comenta.

Tiene ventajas importantes en lo económico ya que puede dar una rentabilidad de hasta un 70% si se consigue redu­cir el mayor costo que está en la alimentación. Para ello se hace un trabajo “para que los productores puedan usar materia prima que tienen en su finca: se puede usar la soja, como fuente de proteína, el maíz, la mandioca, los ver­deos, leucaena, moringa, etc.”. Esto también permite vincu­larla a la horticultura porque el agua de las piletas se puede usar para regar lo que ayuda a evitar el abuso de agroquími­cos, contó Barúa.

COMERCIALIZACIÓN

Otro elemento a atender es el de la comercialización ya que un acopiador “compra a 10 mil guaraníes el kilo, pero el pro­ductor habilitando un pesca y pague puede vender directo en la finca a 25 mil guaraníes el kilo”, indica Barúa. Según explicó el sistema de pesque y pague está siendo adoptado por las posadas turísticas para ofrecer una actividad lúdica a sus huéspedes.

Entiende que es difícil hacer que los pescadores tradicio­nales se transformen en pis­cicultores, aunque considera que no es imposible. Entiende que les podría ayudar durante la veda que considera “en gene­ral es corta, ya que el período de reproducción de los peces en nuestros ríos va de octu­bre hasta enero. La nuestra es una veda casi social, pero debería hacerse más tiempo, de acuerdo a los consejos téc­nicos que se recibieron. Por ejemplo, el tiempo de la veda con Argentina es poco”, dice.

“Tenemos que trabajar con los niños y jóvenes para brindar conocimiento sobre la impor­tancia del consumo de pes­cado. En Paraguarí lo hicieron y ahora se están reactivando y se puede replicar en otras comunidades educativas y el MAG tiene colegios agrícolas donde sería interesante repli­car, porque modelo tenemos, ahora depende de la voluntad política”, considera.

“Hay que seguir luchando para que se incorpore el pes­cado en el almuerzo escolar, como se hace en Perú, por ejemplo, donde comenzaron a hacer hamburguesas y eso dis­paró el consumo. Por eso insis­timos con el lema “Consume pescado, elegí vivir sano” por­que es una carne que evita enfermedades cardiovascu­lares, es importante en el pri­mer trimestre de gestación para el desarrollo neuronal, para diabéticos, evita coleste­rol, triglicéridos, y aporta cal­cio, fósforos, omega 3 y 6 mine­rales superimportantes que ayudan a evitar la obesidad, por ejemplo”, dijo.

También hay que recordar el aporte de la harina de pes­cado como fuente de proteína. Finalmente, es bueno recor­dar que las Naciones Unidas declararon el 2022 como “Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales”. La Organización de las Nacio­nes Unidas para la Alimen­tación y la Agricultura (FAO) pondrá en marcha una serie de actividades al efecto que seguramente se reflejarán en nuestro país el próximo 11 de abril, fecha que fue establecida como el “Día del Pacú”.

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