- Por Jorge Zárate
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“Es un rubro que tiene impacto social, ambiental y en la renta. Social porque genera mano de obra a todos los miembros de la familia”, cuenta Susana Barúa, veterinaria especialista en Acuicultura, que insiste en que debería impulsarse con presupuesto público el desarrollo de esta alternativa económica. Expertos del sector estiman en 19 mil toneladas la producción del 2022, que podría ser mayor con buena asistencia.
Barúa fue coordinadora del Programa Nacional de Desarrollo de la Acuicultura Sostenible que dice es un lineamiento importante pero que “hoy no tiene presupuesto, está dependiendo del Programa Nacional de Fomento Pecuario”. “La piscicultura es un rubro no tradicional que se inició en la década del 40 con la especie carpa, ya en los 60 llegó la tilapia”, señala, pero la falta de asistencia técnica fue haciendo que se abandonaran piletones y estanques. Desde el 2010 “comenzamos a trabajar con productores y en la formación de centros de producción modelos demostrativos como el de Itacurubí del Rosario (San Pedro) donde el productor puede conocer cómo se construye un estanque y de esa manera avanzar. Tener el apoyo del gobierno local es mejor porque tiene un costo de inversión inicial de 5 millones de guaraníes”, comentó.
Además del Programa Nacional y las binacionales Yacyretá e Itaipú que impulsan la piscicultura, también el programa Ñapu’ãke de la Oficina de la Primera Dama aparece entre los promotores públicos de la actividad. Por lo pronto, este año el Gobierno tiene proyectado entregar 30 mil alevines a pequeños productores. La jefa de la División Embalse de Itaipú, Ana Gossen, dijo que beneficiarán a los asentamientos que trabajan con el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert). Destacó que, en total, se tiene previsto proveer peces a 350 productores, aproximadamente, y más de 250 estanques. “Nosotros entregamos los peces y el Indert hace el acompañamiento para el correcto crecimiento y el apoyo técnico a los productores de estos asentamientos que están distribuidos en diferentes departamentos”, resaltó.
ASISTENCIA
Para Barúa lo principal es que no se deje de brindar asistencia técnica “o si no se dejan los proyectos. Tiene que haber 2 o 3 años para que se afirme la cultura de producción piscícola, porque es un rubro peculiar que va de 6 meses cuando es tilapia, a un año si es pacú, que hay que trabajar para poder producir”, explica.
“Aquí se aprovecha un 5% del potencial de nuestros recursos naturales. Debemos incrementar ese número para producir de manera sostenible, amigablemente con el medio ambiente, pero hay que seguir trabajando con gobiernos locales, departamentales y empresas privadas que puedan trabajar y apoyar a través de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La técnica asegura que la principal debilidad del sector “es la falta de unificación de criterios técnicos en el área de producción. Por ejemplo, en la construcción de estanques se va un técnico y dice una cosa, después va otro y dice otra y confunde a los productores”, comenta.
Tiene ventajas importantes en lo económico ya que puede dar una rentabilidad de hasta un 70% si se consigue reducir el mayor costo que está en la alimentación. Para ello se hace un trabajo “para que los productores puedan usar materia prima que tienen en su finca: se puede usar la soja, como fuente de proteína, el maíz, la mandioca, los verdeos, leucaena, moringa, etc.”. Esto también permite vincularla a la horticultura porque el agua de las piletas se puede usar para regar lo que ayuda a evitar el abuso de agroquímicos, contó Barúa.
COMERCIALIZACIÓN
Otro elemento a atender es el de la comercialización ya que un acopiador “compra a 10 mil guaraníes el kilo, pero el productor habilitando un pesca y pague puede vender directo en la finca a 25 mil guaraníes el kilo”, indica Barúa. Según explicó el sistema de pesque y pague está siendo adoptado por las posadas turísticas para ofrecer una actividad lúdica a sus huéspedes.
Entiende que es difícil hacer que los pescadores tradicionales se transformen en piscicultores, aunque considera que no es imposible. Entiende que les podría ayudar durante la veda que considera “en general es corta, ya que el período de reproducción de los peces en nuestros ríos va de octubre hasta enero. La nuestra es una veda casi social, pero debería hacerse más tiempo, de acuerdo a los consejos técnicos que se recibieron. Por ejemplo, el tiempo de la veda con Argentina es poco”, dice.
“Tenemos que trabajar con los niños y jóvenes para brindar conocimiento sobre la importancia del consumo de pescado. En Paraguarí lo hicieron y ahora se están reactivando y se puede replicar en otras comunidades educativas y el MAG tiene colegios agrícolas donde sería interesante replicar, porque modelo tenemos, ahora depende de la voluntad política”, considera.
“Hay que seguir luchando para que se incorpore el pescado en el almuerzo escolar, como se hace en Perú, por ejemplo, donde comenzaron a hacer hamburguesas y eso disparó el consumo. Por eso insistimos con el lema “Consume pescado, elegí vivir sano” porque es una carne que evita enfermedades cardiovasculares, es importante en el primer trimestre de gestación para el desarrollo neuronal, para diabéticos, evita colesterol, triglicéridos, y aporta calcio, fósforos, omega 3 y 6 minerales superimportantes que ayudan a evitar la obesidad, por ejemplo”, dijo.
También hay que recordar el aporte de la harina de pescado como fuente de proteína. Finalmente, es bueno recordar que las Naciones Unidas declararon el 2022 como “Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales”. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pondrá en marcha una serie de actividades al efecto que seguramente se reflejarán en nuestro país el próximo 11 de abril, fecha que fue establecida como el “Día del Pacú”.