Son más de 2.250 los establecimientos que no pertenecen a Petropar y emplean entre 12 y 18 funcionarios cada uno.
Imágenes de estaciones de servicio vacías, desoladas y sin automóviles que recargan sus tanques son la constante en los emblemas del sector privado tras la aprobación del subsidio a los combustibles de Petropar, la petrolera estatal, con reducción en los precios. Situación que, sin duda, pone en desventaja al rubro del sector privado.
El empresario y miembro de la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicio y Afines (Apesa), Alejandro Guggiari, catalogó al contexto actual como “catastrófico”, pues son más de 2.250 los establecimientos que no pertenecen a Petropar y que emplean entre 12 y 18 funcionarios cada uno los afectados por la coyuntura actual. “Estamos en una situación catastrófica. El pasivo que va a generar al Estado la subvención que se hizo a los combustibles de Petropar parece que ni se imaginan. Acá lo preocupante es que al valor que se vende el combustible a través de la estatal es una supuesta solución, hoy, pero significa hambre para mañana”, dijo.
Guggiari afirmó que el alto precio de los combustibles responde a un problema mundial, totalmente ajeno al gobierno local, a raíz de la crisis del petróleo tras la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero no hubo ninguna previsión y la medida que se tomó finalmente no es la mejor para el rubro. Petropar ya vendía combustible por debajo del valor real, fuera del subsidio, pero ahora comercializa ciertos tipos de combustibles hasta a G. 2.500 menos por litro. Monto con el que es imposible de competir.
“Ojalá que se identifique y se responsabilice a estos actores, porque a través de presiones de cierre de ruta forzaron a aplicar una ley de subsidio a un producto que es 100% importado. Cuando termine esto, además de lo que Petropar ya le debe a PDVSA, acumulará otra importantísima deuda, que terminará siendo pagada por los contribuyentes que, incluso, no llegarán a beneficiarse con esto”, agregó.
Señaló que las estaciones de servicio de los emblemas privados ya registraron caída en las ventas de entre 40% y 50%, por lo que lamentó que los parlamentarios hayan aprobado una “ley parche que representa una bomba de tiempo”. Al parecer, no entendieron las consecuencias que acarrearían al replicar malas experiencias de países de la región, remarcó. Otra realidad que describió el referente de Apesa es que Petropar no tendrá la operativa logística para garantizar el abastecimiento de todo el mercado local, pues cuenta solo con 230 sucursales, incapaces de cubrir la demanda de todo el país, por no contar con la cantidad suficiente de camiones.