El ataque de Rusia a Ucrania tiene una serie de efectos económicos, financieros y geopolíticos de impacto directo, mediato e inmediato en Paraguay, además de los principales efectos mencionados últimamente por analistas locales como en el precio de los combustibles y derivados del petróleo.
A esto también se le suman las fluctuaciones de los commodities agropecuarios, que afectan a las exportaciones locales de carne a uno de los principales mercados, Rusia, y por otro lado elevando el precio de los granos en las pizarras internacionales, por lo que deben ser considerados como aspectos clave, que en definitiva pueden ser desafíos y oportunidades.
Esto es parte de las apreciaciones para este medio, del economista y ex ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, quien abordó la serie de efectos del conflicto bélico desatado y cómo eso desemboca también a nivel local.
En primer lugar, no se puede dejar de mencionar la alta inflación originada por la pandemia, dijo, que ahora impacta adicionalmente al mundo como consecuencia de la guerra, incidiendo en las condiciones de producción y en los precios de energía, ocasionando imprevisibilidad y volatilidad de los mercados de capitales como efectos externos que se suman a los internos propios del Paraguay.
A esto hay que agregar las complicaciones de la logística global con la crisis de contenedores preexistentes, que se eleva a un nivel de saturación de demanda y de escasa oferta, debido a las medidas económicas adoptadas por los países de occidente, por lo que el transporte, flete de exportación e importación que ya son altos, seguirán subiendo de precio, expresó.
“La incertidumbre que produce un incierto plazo de finalización del conflicto va incrementando el valor de los recursos financieros, con el aumento del valor del crédito y sobre todo las tasas de las deudas en los mercados internacionales. Lo que es probable que se genere un aumento de la deuda externa en términos de servicios e interés, a más de que se encarezca el crédito local público y privado”, explicó Ramírez.
Esto, teniendo en cuenta que, por lo general, la inestabilidad y volatilidad de los mercados, demoran o retrasan las decisiones de inversiones tanto nacionales como extranjeras, por la dificultad de evaluar los costos finales y de mercado, a lo que consideró que esto puede tomarse como un desafío u oportunidades, remarcó el especialista.
Postura regional está dividida
Los países latinoamericanos acercaron sus posiciones y se constató que no hubo acuerdo, ni en el Mercosur.
Ramírez Lezcano mencionó que es oportuno observar también la situación geopolítica regional, pues toda Latinoamérica fue tomada de sorpresa por la guerra, y las reacciones oficiales oscilaron en un principio entre una clara condena hacia Rusia por parte de Colombia, Chile y Guatemala, en tanto que Nicaragua, Cuba y Venezuela demostraron una total solidaridad con el presidente ruso. Otros, como Perú, Ecuador, Honduras y México, a más de Argentina demandaron el cese del fuego.
Paraguay condenó clara y explícitamente la confrontación, y si bien la Organización de Estados Americanos (OEA) redactó una declaración conjunta, muchos países como Uruguay, Jamaica, Argentina y Brasil, no la habrían suscrito.
Pero el panorama más extraño lo brindó Brasil, donde el jefe de Estado, Jair Bolsonaro se declaró “neutral”, mientras que su vicepresidente, el general Hamilton Mourao, condenó la invasión y pidió apoyo militar para Ucrania. Finalmente, los países latinoamericanos acercaron sus posiciones, pero se pudo constatar que no hubo un acuerdo, al menos del Mercosur, para fijar una postura integrada de la región, conforme se puede observar en una recopilación de Infogram.
“Lo único indiscutible es que debemos estar preparados para escenarios complejos, y con horizontes de plazo e impactos aún indefinidos. En la guerra no hay ganadores, todos perdemos algo y muchos pueden perderlo todo. La crisis humanitaria que ya arrastra este episodio lamentable es brutal”, acotó el experto.