Paraguay pasa actual­mente por un esce­nario complicado en materia de precios, ya que se registra una fuerte presión inflacionaria. Febrero cerró con un incremento de pre­cios del 1,4%, pero al mirar la variación de 12 meses, el mismo fue de 9,3%, el más alto en casi 11 años. Sobre esto, expertos advierten que no es momento para que el Banco Central del Paraguay (BCP) utilice su estrategia de política monetaria porque podría complicar aún más.

El economista, ex miembro del directorio de la banca matriz, Carlos Carvallo Spalding, indicó que al menos a febrero los agentes económicos mante­nían ancladas las expectativas de inflación en el horizonte rele­vante porque internalizaban el compromiso y firmeza del Banco Central (tasa de política monetaria esperada 5,75%). Por ende, es momento de no aflojar la rienda, enfatiza.

Sobre ese punto, recalcó que el aumento de la inflación se da por factores exógenos, sumado al fortalecimiento de demanda interna (en menor medida). “No es momento para usar los instrumentos de política monetaria para dinamizar la actividad: no serían efectivos, y el daño reputacional, carísimo”, rei­teró Carvallo.

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Por su parte, el economista y ex presidente del BCP Carlos Fernández Valdovinos agregó que para mantener ancladas las expectativas y lograr una convergencia gradual de la inflación a niveles estableci­dos en su esquema de metas de inflación se necesita una reacción decisiva del Banco Central del Paraguay. “Des­viarse de este objetivo sería extremadamente caro. Que lo digan Argentina y Venezuela”, añadió.

En mayo del 2011 se veri­ficó una inflación interanual de 10,2%. Sin embargo, tras la implementación en ese mismo año de Metas de Infla­ción, el indicador no volvió a subir a ese nivel, hasta este entonces. Con esto se regis­tró la peor inflación en un año desde ese registro.

ESTIMACIÓN INICIAL

Durante la conferencia del miércoles, Bernardo Roja, técnico del BCP, explicó que en el último informe de política monetaria la banca matriz hablaba de una esti­mación para el cierre del año de una inflación del 4,5%, que ya contemplaba una infla­ción más alta para el pri­mer semestre, que se debe­ría prácticamente al efecto base estadístico.

“Pero en esta última estimación no se tenía previsto lo que está pasando, obviamente la situa­ción financiera internacional y la política cambiaron sus­tancialmente, y en la medida que esto persista, ya que no se sabe cuál será su alcance, de lo que pasa entre Rusia y Ucra­nia probablemente afectará la trayectoria inflacionaria del país y de todos los países del mundo”, indicó.

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