La economía paraguaya arranca con grandes inconvenientes en sus indicadores, principalmente en lo que se refiere a la inflación, por fuertes presiones internas y externas. Tras un 2021 marcado por una importante influencia de alzas de precios, avizoran este año un escenario similar.
El analista económico Amílcar Ferreira destacó que se arrancó el 2022 de muy mala manera, en un escenario complicado tras cerrar con una inflación de más del 6% el 2021. “Solo el mes de enero ya se registró nuevamente un aumento interanual en más del 7% en los precios, lo cual se traduce en una inflación creciente, principalmente causada por factores externos como el aumento en el precio del petróleo”, explicó.
El profesional enfatizó que el producto internacional no da tregua en el mercado mundial, por un lado por la reactivación económica global. “Vemos que la demanda internacional no respondió con la suficiente rapidez para poder abastecer a todo el mundo, mientras que por el otro, el conflicto entre Rusia y Ucrania genera nerviosismo y eso nos llega aquí”, comentó.
Agregó que el precio del petróleo es el que alimentó esta presión inflacionaria, ya que hay que recordar que el combustible es un insumo transversal a toda la economía porque prácticamente no hay sector que no utilice en su estructura de costo. “Al encarecerse el combustible, automáticamente empiezan a encarecerse todos los productos. En la composición de la inflación, la alimentación es el rubro que más sufrió un incremento”, dijo.
AÑO COMPLICADO
En ese marco, Ferreira resaltó que se tendrá un año complicado, y se verá un efecto inmediato en la microeconomía, en el sentido de menor consumo. “Con el tema del precio del combustible, la gente realmente reacciona porque ya no usa con frecuencia su vehículo, solo usa si es necesario. Este tipo de comportamiento vamos a observar en todo este semestre”, afirmó.
El analista estimó que para el segundo semestre del 2022, con una mayor normalización global del precio internacional del petróleo, se iría disipando la presión inflacionaria y se podría equilibrar el precio en el mercado internacional. “En ese período vamos a ver una reducción de precios a nivel global porque también es insostenible eso para todo el mundo”, afirmó.
Con esto, mencionó que lo que queda en Paraguay es “ajustarse los cinturones” porque como país no se tiene la posibilidad de controlar este insumo, por no ser productor, ni contar con la capacidad de sostener subsidios para mantener el precio.