Pese al panorama económico actual incierto por la propagación de la variante Ómicron en Paraguay, sumado a una fuerte sequía y problemas climáticos, la actividad siguió su tendencia positiva casi al cierre del 2021. Según datos a corto plazo del Banco Central del Paraguay (BCP), la actividad económica aumentó 4,8% en 11 meses del año pasado. Con base en informaciones preliminares, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imaep) registró un incremento de 3,1% con respecto al mismo mes del año anterior. Con este resultado, la variación acumulada al mes de noviembre se ubicó en casi 5%, en línea con las proyecciones del BCP.
El economista y ex presidente del Banco Central Carlos Fernández Valdovinos destacó días atrás que, alcanzado el pico de producción de la prepandemia, la actividad claramente se estancó. En ese sentido, más que celebrar números interanuales recientes (o el resultado del 2021), el Gobierno debería analizar las causas de este estancamiento, a pesar de las políticas fiscales y monetarias aún expansivas.
En el crecimiento interanual incidieron principalmente los desempeños favorables de los servicios, las manufacturas y la construcción (aunque con una menor incidencia). Pero la reducción interanual de la agricultura, la ganadería y la generación de energía eléctrica atenuaron la expansión de la actividad económica. En los servicios se destacaron los desempeños positivos verificados en comercios, restaurantes y hoteles, los servicios a las empresas y los servicios a los hogares. Asimismo, mostraron aumentos los servicios gubernamentales, transportes, la intermediación financiera, las telecomunicaciones y los servicios de información.
Dentro de las manufacturas, las actividades que incidieron positivamente fueron la producción de químico-farmacéuticos, molinerías y panaderías, textiles y prendas de vestir, maderas, productos del papel, minerales no metálicos y fabricación de metales comunes. No obstante, estos resultados favorables fueron atenuados por variaciones negativas verificadas en la producción de carnes, azúcar, bebidas y tabacos, fabricación de productos metálicos, cueros y calzados. La construcción, a su vez, mostró una dinámica interanual favorable, explicada por el desenvolvimiento registrado en la ejecución de obras tanto privadas como públicas.
El resultado de la actividad agrícola, con base en las últimas informaciones disponibles, sufrió un ajuste a la baja debido a los menores niveles de producción estimados, especialmente de la soja, afectada por condiciones climáticas adversas; mientras que la ganadería se desaceleró nuevamente en noviembre por una reducción del faenamiento de ganado bovino. Por su parte, la contracción en la generación de energía eléctrica de las binacionales a consecuencia del reducido caudal hídrico del río Paraná. Finalmente, el Imaep, que excluye a la agricultura y a las binacionales, registró un crecimiento interanual de 6% y, con este resultado, acumula una variación de 8% en el año.