Por Armando Giménez Larrosa

Tras cerrar el 2021, en el que se observó, según datos preliminares, una potencial recuperación económica, La Nación accedió a una entrevista con el representante del Banco Central del Paraguay (BCP). Se trata de Diego Duarte, miembro del Directorio del BCP, quien dio una evaluación del año económico 2021.

El director de la banca matriz destacó que el Producto Interno Bruto (PIB) incluso cerró por arriba de lo estimado, en torno al 5%, además resaltó que, de acuerdo a los reportes, la inflación ya está controlada. Indicó además sobre los avances del BCP y sobre los riesgos que se presentan para el 2022.

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-¿Cómo observa el cierre del 2021 en cuanto a evolución económica?

-El 2021 fue un año muy desafiante, dado que veníamos de dos años previos de contracción económica debido principalmente a choques climáticos, en el 2019, y a la pandemia del covid-19, en el 2020. Por tanto, este año (por el 2021) se constituía en el año de la recuperación económica y, de hecho, desde el Banco Central del Paraguay (BCP) proyectábamos en diciembre del 2020 una tasa de crecimiento del PIB del orden del 4% para el 2021.

Cabe destacar que en la revisión de abril el escenario se presentaba desfavorable, producto de la agudización de la crisis sanitaria; situación que obligó a las autoridades gubernamentales a reimponer medidas de restricción a la movilidad. Esto elevó la incertidumbre sobre las perspectivas del crecimiento económico de corto plazo, quedando reflejado en una proyección a la baja del crecimiento real, desde el 4% anterior hacia una tasa del 3,5%.

En julio, las cifras del Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (Imaep) daban cuenta de un mejor desempeño de la actividad económica, y su evolución favorable se debió a que las medidas de restricción impuestas tuvieron un menor impacto a lo previsto inicialmente.

Es necesario mencionar, por un lado, que estas medidas fueron más laxas comparadas con las aplicadas anteriormente y, por otro lado, el entorno externo favorable sumado a la aceleración registrada en la campaña de vacunación (que contribuyó al descenso en el ritmo de contagios por covid-19), propiciaron mejores expectativas de los agentes económicos y una mayor apertura de la economía.

Estos factores favorecieron a la mayor dinámica de la actividad económica, especialmente a los sectores de la ganadería, la manufactura, la construcción y los servicios, aunque a distintas velocidades. Con base en este renovado escenario, se elevó la proyección de crecimiento hasta un 4,5%, cifra superior a la prevista en abril e incluso en diciembre del 2020.

En la revisión de octubre el BCP mantuvo la tasa de crecimiento de 4,5%, con recomposiciones sectoriales para, finalmente en diciembre, y conforme a la buena dinámica que mostraba el IMAEP, estimar un cierre en torno al 5%.

-¿Cerró el año por arriba de lo esperado?

-La economía paraguaya continuó exhibiendo una buena dinámica en los últimos meses del 2021 y esperamos cerrar el año (2021) con una expansión en torno al 5%, mayor a las previstas en los informes anteriores.

-¿Cuáles son los sectores hasta ahora motores de la recuperación?

-La agricultura y la construcción, sin dudas fueron las actividades que evitaron una mayor caída del PIB en el 2020. A partir de esta base, en el 2021 los sectores considerados hasta ahora como motores de la recuperación son la manufactura (7,2%), construcción (13,5%), el comercio (14%) y los otros servicios (8%).

-¿Cómo observa al sistema financiero en esta coyuntura?

-El sistema financiero se mantuvo estable, líquido, con niveles de solvencia muy superiores a los requerimientos regulatorios, aunque con indicadores de calidad del crédito y rentabilidad que reflejan en cierta medida el impacto adverso que la crisis sanitaria tuvo en las finanzas de las familias y las empresas.

En dicho contexto, es importante destacar que las medidas de política monetaria, de apoyo a la liquidez y de flexibilización crediticia fueron herramientas claves para que las entidades del sistema financiero cuenten con suficientes recursos a modo de afrontar los desafíos derivados de la pandemia y mantener el normal funcionamiento del sistema financiero nacional.

-¿Cuáles fueron los logros obtenidos por el BCP en el 2021?

-El BCP, en el momento más álgido de la pandemia en el 2020, redujo drásticamente la tasa de política monetaria y desplegó una serie de medidas financieras y de apoyo a la liquidez, con el claro objetivo de que las empresas y los hogares puedan seguir accediendo al financiamiento de las entidades financieras y, de esa manera, amortiguar el fuerte impacto económico de la crisis sanitaria.

El conjunto de medidas implementadas durante el 2020 y 2021 posibilitó la reducción de las tasas de interés del mercado y una expansión importante de los créditos. Por citar algunos datos, el promedio ponderado de las tasas de interés para préstamos de consumo se redujo de 28,9% en febrero del 2020 a 17,3% en octubre del 2021, mientras que las tasas de los préstamos comerciales disminuyeron de 12,5% a 9,3% en ese periodo. Por su parte, los créditos en moneda local crecían a tasas interanuales entre el 7% y 8% a inicios de la pandemia, acelerándose en los meses siguientes, alcanzando tasas cercanas al 19% en la primera mitad del 2021.

-¿Seguirán las medidas excepcionales en el 2022?

-Considerando la buena dinámica económica que se observa actualmente, no vemos necesario extender las medidas excepcionales de carácter general. No obstante, el BCP sigue atento a la evolución de algunos sectores en particular y analizando la pertinencia de aplicar medidas específicas en un futuro cercano.

-Por último, ¿podrías mencionar cuáles serían los riesgos que se presentan para el 2022?

-En el plano internacional, uno de los principales riesgos latentes es el de la evolución de la pandemia de covid-19, en especial considerando las nuevas variantes que van surgiendo y la incertidumbre en torno a las mismas. No obstante, los avances en los procesos de vacunación, incluyendo las dosis adicionales serán claves para mitigar los efectos del covid-19.

Por otra parte, disrupciones adicionales en el comercio internacional asociadas principalmente a la pandemia y fenómenos climáticos, entre otros factores, podrían continuar presionando al alza a precios de commodities alimenticios y energéticos, y con ello, a la inflación en economías emergentes y desarrolladas.

En la región podría empeorar la percepción de riesgo de las economías ante el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, las deterioradas cuentas fiscales y factores políticos en un contexto de elecciones presidenciales recientes y próximas. Sin embargo, cabe resaltar que varios países de la región cuentan con adecuados niveles de reservas internacionales, que permitirían hacer frente a escenarios eventuales de mayor depreciación de la moneda.

En el plano local los principales factores de riesgo guardan relación con la evolución del clima y la pandemia de covid-19. En este sentido será fundamental avanzar con el proceso de vacunación contra el covid-19, para mitigar el impacto sanitario y económico de un eventual rebrote de la enfermedad a raíz de las nuevas variantes que van surgiendo.


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