Luego de poco más de un año de rápidas y eficientes negociaciones, el pasado 1 de diciembre Chile y Paraguay firmaron en Santiago un Acuerdo de Libre Comercio (ALC). Este pasará a dinamizar en un plano superlativo las relaciones económicas, políticas y culturales entre ambas naciones, con un intercambio comercial que en el 2021 superará los US$ 1.200 millones y que crece a tasas anuales del 8%. Así afirmó el director de la Cámara Chileno Paraguaya de Comercio, Carlos Medina, quien habló del alcance del ALC que “constituye un sello institucional que reafirma la relación estratégica entre Chile y Paraguay”, expresó.
Destacó que el ALC estará integrado por más de 20 capítulos, con nuevas disciplinas de altos estándares en materias propias del siglo XXI, la era digital y el comercio inclusivo. Tal es así que comprenderá al Comercio Electrónico, Comercio de Servicios, Facilitación de Comercio, Aspectos Regulatorios, Financiamiento Bancario, Cadenas Globales de Valor, Emprendedores, Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), Comercio y Género, Comercio y Medio Ambiente, Comercio y Asuntos Laborales, entre otras que colocan la relación bilateral en un nivel más profundo de integración. “El acuerdo brindará mayor previsibilidad a los flujos de comercio con reglas claras y actualizadas para facilitar el comercio e inclusive disciplinas innovadoras y no discriminatorias para proveedores del comercio electrónico”, recalcó Medina. Esto, gracias a que ambos países acordaron el acceso a mercado para sus proveedores de servicios en sectores claves para incrementar la relación económica, que su vez permitirá que compañías chilenas y paraguayas participen en las compras públicas de ambos estados, remarcó.
Mencionó que no puede desprenderse la rúbrica del acuerdo firmado por los cancilleres Acevedo y Allamand con la ruta bioceánica, siendo que es el proyecto logístico más importante de Sudamérica y que integrará el centro brasileño, el Chaco paraguayo y el noroeste argentino. El corredor conectará con puertos chilenos del Pacífico, en particular Antofagasta, la megaciudad logística por la cual Chile exporta el cobre y el litio que demandan Asia y el mundo, enfrascados en una electromovilidad que se viene a velocidad impensada hace algunos años. En dicho contexto subrayó que está previsto que para el 2030 el 40% de los alimentos que produce Sudamérica serán embarcados a los mercados mundiales a través de esta nueva “ruta de la seda”.