- Por Diego Sanabria
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La segunda jornada en el caluroso y seco suelo chaqueño, acompañados por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), comenzó bien temprano y tuvo como primer destino el emprendimiento denominado Tucos Factory, empresa que se dedica a la elaboración de productos alimenticios a base de vainas de algarrobo y otros frutos silvestres, dentro de la ciudad de Filadelfia. La misma es impulsada por Adeline Friesen, quien junto con otras mujeres indígenas de la zona han creado varios productos a base de las frutas exóticas que fueron introducidas por los menonitas y aquellas originarias por la particularidad de la Región Occidental de nuestro país.
Los principales productos son las mermeladas de mistol, rosella, meloncito, kinoto, tamarindo, tuna y molle negro, así como los jarabes. También producen la harina y masitas de algarrobo, café de mistol, ají silvestre y jugo de tuna, entre otros.
“Con este emprendimiento buscamos que nuestros hermanos de las diferentes etnias tengan la posibilidad de generar sus propios ingresos. Trabajamos con distintas etnias como los ayoreos, guaraníes occidentales, guaraníes ñandéva, nivaclé, enlhet. Son diferentes oportunidades que se generan, aún son unas gotas en una piedra caliente, pero irá creciendo y tenemos la confianza de que vamos a llegar incluso a exportar nuestros productos”, manifestó Friesen.
Actualmente, alrededor de 100 familias de las cinco etnias indígenas de la zona mencionada están involucradas en el proceso de la recolección de las frutas exóticas, así como gran parte de su producción. La entrevistada comentó que las primeras producciones se realizaron en la cocina de su casa, con la ayuda de las indígenas y que desde el 2020 han iniciado las operaciones en la planta que fue construida gracias al financiamiento recibido a través de la cooperativa y el apoyo de PNUD, entre otros.
FORMALIZACIÓN
Por otro lado, Friesen resaltó que se encuentran en el proceso de formalización del emprendimiento y que ya han registrado la marca Tucos Factory, además de contar con la aprobación del Ministerio del Medio Ambiente, teniendo en cuenta que uno de los principales ejes de la firma es la conservación y cuidado de la fauna y flora de toda la localidad.
HARINA DE ALGARROBO
El algaborro es una de las plantas nativas del Chaco paraguayo al igual que el samu’u. “Recolectamos las vainas en los meses de noviembre y diciembre cuando han madurado y se trasladan en bolsas para luego procesarlas en un molino que en realidad es para maíz, pero cumple la función de trituración, anteriormente se hacía con mortero”, destacó una de las indígenas. Friesen acotó que las mujeres mayores de las aldeas son quienes identifican qué fruta debe ser recogida de las plantas y que deben caminar muchos kilómetros para encontrar las que tienen mejor desarrollo. “La terminación es una harina libre de gluten e integrales, pero queremos seguir avanzando hacia harinas más finas. Al año se produce una buena cantidad y con la misma se pueden elaborar las galletitas, se puede hacer panificado, usarla en los batidos, es una harina con muchas vitaminas y propiedades”, dijo.