En un análisis sobre la suba de precios de todos los productos, el analista económico Pablo Herken, en su programa “Tempranísimo” (del canal GEN y radio Universo AM) comentó que en julio la infla­ción por la suba de precios trepó a 1,2%, en base al indi­cador del Banco Central del Paraguay (BCP). En todo el 2020 la suba de precios fue de 2,2% y ahora en un mes casi se encareció el 70% de todo lo que subió el año pasado.

“Este año, en siete meses ya subió al 2,7%, pero tomando el indicador julio del 2021 y julio del 2020, son doce meses, hay 5,2% de aumento, para nosotros eso ya es altí­simo. En el 2016 hubo una cifra similar. Estamos en un proceso inflacionario y no me cabe la menor duda que vamos a terminar con una inflación más alta que los últi­mos cuatro o cinco años, y eso se siente”, comentó.

Detalló que este proceso inflacionario se da tras los tres reajustes en el precio del combustible y eso encarece todo lo que se produce, vende y compra. Además, otro ele­mento es el encarecimiento de las importaciones por­que todo el mundo está más caro. A nivel local también se encareció el flete fluvial por la poca navegabilidad de los ríos. Herken indicó que los fenómenos climáticos juga­ron en contra, tales como la sequía y la helada que gene­raron inconvenientes en el campo. La carne también está muy cara ante el récord de exportación de este pro­ducto al exterior, de acuerdo con el experto.

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Por otro lado aclaró que el Índice de Precio al Consumi­dor que hace el BCP es única­mente un promedio, ya que evalúa ciertos productos de un sitio y lo extrapola a nivel país. “Tu costo de vida no es lo mismo que la inflación, sino que tiene que ver con produc­tos que son más importantes que la canasta promedio y son los que más suben. Cada uno tiene su costo de vida.

La inflación no necesaria­mente refleja lo que te está costando comprar porque tu canasta es diferente al de pro­medio. Todo depende de qué compres, dónde lo compres y cómo lo hacés, si al contado, a crédito, con efectivo o tar­jeta”, indicó.

El economista explicó que en el caso de una familia pudiente, la electricidad no tiene un peso muy impor­tante en los gastos, pero en una humilde sí lo es. Lo mismo ocurre con el pasaje del transporte público y otros servicios.

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