Desde la Cámara de Diputados impul­san el proyecto de ley “De los servicios de con­fianza para las transacciones electrónicas, del documento electrónico y los documentos transmisibles electrónicos”, aprobado con modificacio­nes en Senadores la semana pasada, para las operaciones electrónicas, apoyada por la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban). Desde el sector de Entidades de Medios de Pagos Electróni­cos (EMPEs) emitieron sus opiniones, a favor y otros con algunos cuestionamientos.

Alejandra Segalés, gerente general de Wally, mencionó que en cuanto a transaccio­nes del sector respecta y al ser un producto considerado de riesgo bajo por el ente regu­lador de las mismas, las exi­gencias de seguridad que correspondan a identificar debidamente a los usuarios por medios electrónicos son viables.

“Por dar un ejemplo, actual­mente el registro y poste­rior uso de la billetera Wally requiere que el usuario des­cargue la aplicación móvil y autogestione su registro, pro­veyendo una imagen de la cédula de identidad vigente desde el propio aplicativo y; para mayores límites transac­cionales se adiciona una vali­dación biométrica con prueba de vida. Es un mecanismo autogestionado, electrónico, con validaciones automáti­cas de control por plataforma y accesible para los usuarios a través de un smartphone”, dijo. Agregó que la transpa­rencia en las transacciones y la debida identificación de los clientes que los usan, siempre a consideración del nivel de riesgo del producto en cues­tión, es un factor positivo tanto para el usuario final del servicio como para el avance en sí de los productos y servi­cios financieros, en materia de seguridad y mitigación de diversos riesgos.

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“Desde mi perspectiva y desde lo que a nosotros como EMPE respecta, es funda­mental priorizar la debida identificación de los usuarios acorde a los niveles de riesgo del producto. Cuando habla­mos de productos financieros inclusivos, la inclusión se irá dando en la medida que los usuarios plenamente identi­ficados empiecen a cambiar el efectivo por transacciones electrónicas. Usuarios sin trazabilidad no generarán las condiciones idóneas para que a posteriori puedan acceder a nuevos y más amplios servi­cios financieros”, agregó.

De igual forma, sería impor­tante proteger los logros que la industria consiguió a la actualidad y seguir promo­viendo el uso de los servicios que fomenten el reemplazo del efectivo y generen una ver­dadera inclusión financiera, mencionó.

CONTROVERSIA

En tanto, Aldo Natalizio, quien representa a Tigo, Claro y Personal, indicó que la única controversia pasa por el artí­culo 103, que exige un nivel de seguridad alto incluso para las operaciones electrónicas de este tipo. “No sé cuándo vamos a tener las condiciones para que un sistema X que hoy no existe, pueda alcanzar a la per­sona que hoy recibe un giro de 200.000 guaraníes, con la misma rigurosidad que una persona que recibe una tran­sacción en dólares por la com­pra de un inmueble”, comentó.

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