En el primer trimestre del año se procesaron 415.997 toneladas de granos, el menor valor que se registra en el mencionado periodo desde la sequía del año 2012, donde se habían conseguido solamente 283.265 toneladas. Este acumulado representa también una disminución del 39% en comparación al mismo periodo del 2020, según el boletín mensual de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Capro)..
El retraso de la cosecha apareció como un factor importante para explicar esta retracción, señala Capro. Las 330.266 toneladas molidas en marzo se acercan más al volumen mensual habitual, aunque todavía están por debajo del promedio de los últimos años, por lo que la posibilidad de que siga la tendencia de reducción en la molienda se mantiene muy latente.
Considerando las deterioradas condiciones actuales de competitividad de la industria aceitera, se estima como algo muy complicado mantener un ritmo de molienda lo suficientemente alto hasta el final del año como para recuperar la reducción causada por el retraso de la cosecha de soja; a pesar del aumento en la molienda de otros granos, que difícilmente puedan ser suficientes para cubrir el mencionado desfase.
INDUSTRIALIZACIÓN
El nivel de industrialización conseguido hasta el mes de marzo representa un aprovechamiento del 35% de la capacidad nominal disponible en la industria aceitera nacional. Una reducción significativa si se compara con el 58% que se había registrado en el primer trimestre del 2020. La utilización registrada hasta el momento es el menor dato desde el 2013, en el que se había obtenido un 34%.
Al ya conocido impacto del retraso de la cosecha, se suman cuestiones estructurales que afectan a la competitividad de la industria, ya que el volumen de marzo (con la cosecha ya en plena marcha) tampoco pudo alcanzar a lo que se conseguía en años anteriores. Para revertir estos números negativos se debería alcanzar un ritmo de procesamiento poco probable, considerando las dificultades que viene enfrentando el sector.