Hay 150 millones de personas que podrían caer en pobreza extrema
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Con base en una proyección de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de que los ingresos laborales a nivel mundial se redujeron casi 11% durante los tres primeros trimestres del 2020, lo que se traduce en unos US$ 3,5 billones, es que el Banco Mundial emitió su estimación de que 150 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en el 2021.
Dicha expectativa fue publicada en el blog del Grupo Banco Mundial durante los primeros días de noviembre, en referencia a la situación de empresas y trabajadores que se vieron afectados por el revuelo causado por la pandemia del covid-19.
Pero menciona a la vez que dicho posible escenario podría revertirse con una asistencia oportuna y una rápida adopción de políticas por parte de los países, ya que de lo contrario, las empresas podrían cerrar de manera permanente, afectando directamente a los trabajadores por un período más prolongado, señala.
Por ello, será fundamental la formulación de políticas basada en datos, de modo a guiar la recuperación, y con el fin de ayudar a recopilar la información que se necesita obtener oportunamente, fue que el Banco Mundial se asoció con oficinas nacionales de estadística y otros organismos para implementar una nueva serie de encuestas de pulso empresarial, relativas al covid-19.
Tales encuestas se dirigen principalmente a microempresas y pymes de los países en desarrollo, para medir el impacto del covid-19 en el desempeño de las empresas, a más de entender las estrategias de ajuste de las mismas y las respuestas en materia de políticas.
Entre los principales resultados, resaltan que pese a la crisis, las empresas retienen a los trabajadores, sobrellevando la recesión, pero que sus finanzas se deterioran a medida que las ventas se reducen a la mitad, es decir, están luchando por mantenerse a flote.
Se explica que la caída generalizada y persistente de las ventas se dio especialmente entre las empresas más pequeñas, y que aproximadamente el 84% de las empresas en los países en desarrollo sufrió una caída de sus ventas en comparación con el mismo período del 2019.
MISMO PARÁMETRO
Si bien es un dato que a nivel local fue evidenciado, ya que al menos se registraron 150.000 nuevos desempleos según la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), es importante mencionar que el Banco Mundial tomó a las mismas como parámetro.
Todo esto, ya que las microempresas y las pequeñas empresas se vieron afectadas de manera desproporcionada, experimentando una disminución del 50% o más en las ventas, mientras que las grandes empresas registraron una caída de menos del 40%, con un deterioro generalizado en las finanzas.
El BM rescata a la vez que más allá de los desafíos sin precedentes, existen oportunidades para crear un sistema económico más inclusivo y resiliente, ya que la mayoría de los países implementaron programas de apoyo sólidos y otros están emprendiendo reformas.
El impacto del cambio climático se introduce como un nuevo desafío en materia de salud y seguridad ocupacional, por las altas temperaturas en las muchos trabajadores se exponen. Foto: Archivo
Accidentes laborales: por cada USD 1 de gasto, se generan USD 3 en costos indirectos
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El especialista en Salud y Seguridad Ocupacional en el trabajo, Carlos Ortega, compartió datos preocupantes respecto a los accidentes laborales, que impactan negativamente en la vida de los trabajadores y en las rentabilidades de las empresas.
Ortega señaló que por cada dólar gastado en accidentes de trabajo, existen aproximadamente tres dólares en costos indirectos, que se traducen en costes considerables a la economía global, que se estima en torno a USD 1,2 billones. Esta cifra es equivalente al 4 % del producto interno bruto (PIB) mundial.
“Tenemos que tratar a nuestros trabajadores como atletas, cuidar su hidratación, su alimentación, su vestimenta y su condición de salud física; porque si no, van a empezar a caer ante los efectos del calor excesivo”, expresó.
Los datos compartidos por Ortega se dieron durante el Seminario sobre las Incidencias del Cambio Climático en los trabajadores, organizado por el Ministerio del Trabajo en conmemoración por el Día Nacional e Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo que se celebró el 28 de abril.
Las estadísticas compartidas sobre los costos por accidentes laborales son en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Ortega advirtió que son la “punta del iceberg”, teniendo en cuenta que son datos oficiales y que detrás pueden haber millones de dólares más en costos.
Otro aspecto alarmante es que alrededor de 2,8 millones de trabajadores fallecen anualmente debido a incidentes relacionados con sus actividades laborales. En este punto, enfatizó que el impacto del cambio climático es un nuevo desafío, ejemplificando con las consecuencias de las altas temperaturas en trabajadores expuestos a condiciones climáticas extremas.
Ortega subrayó la relevancia de aspirar a un objetivo de “accidente cero” en el entorno laboral, dado que un solo incidente puede hacer desaparecer a una empresa, además de enfrentar las graves repercusiones económicas y psicológicas generadas en la población afectada.
“La macro paraguaya es extraordinaria, ellos tienen todo ordenado, no tienen inflación, el Banco Central funciona como un reloj. Ahora, el 5 % de la población concentra la riqueza, el resto es todo pobre, masivamente pobre, y siempre está la Argentina. Argentina debe dejar de hacerse cargo del ajuste social de sus países vecinos. Hay que dejar de ser estúpidos”. El infame DIPUTADO NACIONAL ARGENTINO MIGUEL ÁNGEL PICHETTO (*LAS MALVINAS SON ARGENTINAS, COMO NUESTRAS FUERON LAS ACTUALES PROVINCIAS DE FORMOSA Y MISIONES).
Este artículo, que tiene un toque mío con escritura rabiosa, está dedicado al diputado nacional argentino Miguel Ángel Pichetto (con fuerte pasado peronista, justicialista), todavía viviendo en los tiempos bárbaros de la guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), vomitando racismo: odio al Paraguay y al paraguayo. Como Bartolomé Mitre, y Domingo Faustino Sarmiento, el que luego se rectificara totalmente de sus atroces insultos y horrendos calificativos a nuestra paraguayidad, y muriera en paz entre nosotros (como buscó y encontró), en la Asunción del 11 de setiembre de 1888, a los 77 años; mejorando durante su corta estadía la educación en Paraguay, y con el pedido personal de tres banderas sobre su ataúd: la argentina, la chilena, la paraguaya; rodeado de escolares, estudiantes y maestros, con todos los honores de rigor, y el respeto de las autoridades oficiales (presidente Patricio Escobar, héroe del 70, sobreviviente del 1.º de marzo de 1870). Un pueblo “bárbaro” se comportó civilizadamente.
¿Quién le salvó la vida al derrocado por un sangriento golpe militar, el expresidente Juan Domingo Perón, el 20 de setiembre de 1955, gracias a la cañonera Paraguay fondeada en puerto nuevo de Buenos Aires, en la que se refugió con miedo y desesperación, y con humildes marineros paraguayos dispuestos a dar la vida en lo que parecía un inminente ataque de represalia, e incluso para asesinarlo? Seguro estoy de que las Malvinas son argentinas, como está escrito en documentos de verdad verdadera que eran nuestras las hoy provincia de Formosa y Misiones. Como probable es que no hubiéramos ganado la guerra del Chaco (1932-35) sin la generosa ayuda de los argentinos (Gobierno y pueblo). Dos países hermanos no pueden tratar sus lógicos problemas de convivencia con infames como Pichetto. “Por lo que dice y el cómo lo dice, pareciera ser más nazi que cualquiera que realmente lo es”, lo caracterizó un compatriota suyo. Seamos serios, generosos, humanos. Somos hermanos. No enemigos. “La fuerza es el derecho de las bestias” (Perón). Vayamos al tema principal.
Tuvimos 22,7 % de pobres en Paraguay el año pasado (25,5 % en 2022 y 57,7 % en 2002). El porcentaje del 22,7 % en sí ya es preocupante, y lo es aún más en números concretos: 1.330.892 habitantes sobre una población total de 5.825.541 personas. Dentro de dicho global de pobreza tenemos 289.641 en la “pobreza extrema” (4,9 % después del 6,1 % en 2022, y del 16,2 % en 2002). Así lo indica el Instituto Nacional de Estadística (INE) del Paraguay, en su habitual informe anual sobre pobreza global y pobreza extrema (indigentes o indigencia, en un lenguaje menos doliente, miserables o miseria en una calificación o categoría dura y una mirada descarnada). Pongámonos en el lugar (la vida) de nuestros 1.330.892 compatriotas pobres, y en particular enfoquemos nuestras miradas en los 289.641 pobres extremos. Duele. Duele y mucho. ¿Hay algo peor que vivir en la pobreza o en la miseria? Sí. En la opinión de un querido profesor yankee (leo mis apuntes): no tener empleo, no tener un trabajo con el cual vivir o sobrevivir o “sentirse útil, capaz y dueño, aunque en lo mínimo, de su destino y el de los suyos”. Cualquier disminución de la pobreza es positiva. No se la debe minimizar ni ser objeto de burla. Se puede discutir seriamente sobre la calidad de la medición de la pobreza. Contamos con la monetaria: cantidad de dinero en sus manos para poder comprar o no una canasta básica o una exclusiva de alimentos. ¿Son correctos y realistas los montos? El no ser pobre ¿implica un “buen” vivir? Porque también está la pobreza estructural o multidimensional, que va más allá de lo exclusivamente monetario. Calidad de la vivienda, acceso a los servicios públicos básicos, nivel de educación, cobertura médica, subsidios, etc. Se puede discutir.
Pero, no debe ser fuente de discusión la menor pobreza en el 2023, con el nivel más bajo en la serie histórica que se inicia en 1997/98, y que disminuyó -2,9 puntos porcentuales p.p. (-157.344 personas), en la ciudad -1,6 p.p., y en el campo -5 p.p. (-104.573 personas). El comportamiento en cuanto a la pobreza extrema fue también positivo, pero menos favorable: -1,2 p.p. en el país (-65.666 personas), -0,6 p.p. en la ciudad y -2,1 p.p. en el campo (-45.027 personas). ¿Por qué el 2023 fue un año de descenso? Simple, claro y contundente: De crecer 0,2 % (2022) pasamos a crecer 4,7 % (el mayor avance desde el 2016: 4,3 %); con grandiosa y estupenda siembra y cosecha de soja (+125 % y buenos precios, con un valor de mercado de 5.140 millones de dólares), después de la sequía en la temporada anterior (-54 %); la inflación se desaceleró (promedio anual del 9,8 % al 4,6 %), de la mano de un dólar cuyo precio estuvo estable (+4,4 % en promedio), para posibilitar subas menos dolorosas en el precio de los combustibles (se fueron para las nubes en 2022: +27,5 %) e incluso con reducciones posteriores (-12,4 % al cierre de 2023); los programas sociales no se debilitaron (Tekoporã, adultos mayores) y ello permitió que cerca de 156.000 personas no cayeran en la pobreza total o 2,7 %, y que en dicho total 110.000 personas no pasaran al terreno de la pobreza extrema o 1,9 %, siendo el campo el de mejores resultados; los sectores industriales y de servicios concluyeron el año mejor parados, por menor contrabando (sigue fuerte); y un cambio de gobierno que barrió la pálida (desánimo) abdista y con sus correligionarios de la oposición devenidos en estronistas. ¿Se puede aplaudir? Sí. Pero con mesura. Un festejo calmo, con contemplativa moderación. Reflexionando: ¿Cómo asegurar la continuidad de la tendencia a menos pobres, incluso acelerar y profundizar? Y atendamos la pobreza completa. Cantidad, calidad. Y no copiemos a la Argentina como modelo económico, que está pichettoado. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD.
Sportivo Luqueño volvió a caer en la Copa Sudamericana, esta vez ante Coquimbo Unido de Chile en condición de visitante y prácticamente ve diluirse sus chances de clasificación a octavos de final.
La exposición mostrada por el cuadro de Julio César Cáceres fue bastante pobre en el trámite del partido y prácticamente no generó peligro en todo el partido.
Por el contrario, su rival hizo prevalecer desde el primer minuto su localía y con rapidez se fue acercando lentamente hasta la última zona luqueña.
Luego de un par de aproximaciones, Coquimbo llegó al gol que sería al final el único del partido. Dylan Escobar ganó la raya de fondo ante la lentitud de su marcador y metió el centro por bajo y al medio para la atropellada del argentino Andrés Chávez. El exdelantero de Boca no perdonó y puso el 1-0.
La reacción auriazul nunca llegó y el cuadro chileno estuvo a punto de convertir un segundo tanto. El palo salvó a Aguilar.
Ya en el segundo tiempo, con algunos cambios ofensivos, Luqueño mejoró en su propuesta, pero no lo suficiente como para romper el cerrojo puesto por su rival.
Una acción por intermedio de Alex Álvarez y otro remate de Sergio Fretes que fue cerca del travesaño fueron lo poco que tuvo el complemento.
Jugando más con el corazón que buen fútbol, Luqueño siguió peleando pero también se expuso a los contragolpes de su rival, que tampoco ya volvió a encontrar la forma perforar el arco de Aguilar.
Sin punto alguno, el cuadro paraguayo necesitará de algún milagro en sus siguientes partidos para buscar algo que parece muy lejano.
Solo el capitalismo de libre mercado reduce la pobreza
Víctor Pavón
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Por Víctor Pavón
El viceministro de Economía, Javier Charotti, dijo días atrás que los factores que posibilitan disminuir la pobreza en el país están el crecimiento económico, la creación de empleos y el control de la inflación. El viceministro tiene razón.
Sin embargo, los tres factores deben ser profundizados para no tener que caer en el error de considerar que para bajar la pobreza se requiere del intervencionismo estatal. La realidad es que la intervención estatal termina por mantener a la gente en un círculo vicioso de miseria y dependencia política.
El economista Max Roser, un estudioso de la materia, dice que la pobreza a nivel mundial se encuentra en los niveles más bajos de la historia con una clara tendencia a la baja. Así, por ejemplo, en la década de 1980 el 44 % de la población mundial vivía con menos de 1,9 dólares por día y en estos últimos años se redujo al 10 %.
Más importante aún, para comprender a este antídoto contra la pobreza llamado libre mercado es necesario hurgar en la ciencia económica y la filosofía política. Hay dos maneras de asignar los siempre escasos recursos con los que el ser humano se ha debatido desde el inicio de la civilización. La primera forma es utilizando la coerción, esto es, la fuerza que se impone mediante la legislación que proviene del intervencionismo estatal.
La segunda manera y la correcta, consiste en permitir que las personas puedan colaborar entre sí mediante acuerdos voluntarios para producir y comercializar los bienes y servicios necesarios para mejorar las condiciones de vida.
Resulta más justo y eficiente para todos que cada quien se organice junto con otros para colaborar, comerciar, vender, comprar y producir y así enseñar a pescar. Esto es predicar con el ejemplo. El ser humano no está destinado a ser pobre toda la vida o predestinado a serlo por algún embrujo o designio del más allá.
Enseñar a pescar se convierte en una poderosa herramienta de conocimiento y motivación. La persona que trabaja aunque sea en la más humilde actividad es capaz de valorarse elevando su autoestima.
De este modo el individuo se vuelve productivo para sí mismo y su familia, aunque ello signifique contar con una pequeña ganancia. Una persona que acepta su realidad y no le culpa a los demás de su situación para no convertirse en un resentido, pronto se percata de que no hay mejor conducta que la del trabajo diario, el estudio y la disciplina. Nada es gratis. Es tener la actitud de saber que todo puede cambiar para bien en la medida que nosotros primero cambiamos.
Aquella actitud se encuentra relacionada con la educación. Pero, para ello la educación empieza primeramente en el hogar y luego en la escuela. La educación a la que me refiero es la de la libertad y no la simple instrucción. La educación de la libertad promueve valores de convivencia respetuosa y para el trabajo.
El capitalismo de libre mercado mediante el orden social de la cooperación y la división del trabajo logró elevar las tasas de ahorro e inversión, crear bienes y servicios a bajos precios y calidad como nunca antes en la historia. De esto no hace más de trescientos años, aunque sus primeros pasos se dieron desde la Edad Media y el Renacimiento.
Fue así que el ser humano fue escapando de las hambrunas, la miseria y las injusticias que lo azotaban desde tiempos inmemoriales.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la libertad y la república”.
El economista Max Roser, un estudioso de la materia, dice que la pobreza a nivel mundial se encuentra en los niveles más bajos de la historia con una clara tendencia a la baja.
Resulta más justo y eficiente para todos que cada quien se organice junto con otros para colaborar, comerciar, vender, comprar y producir y así enseñar a pescar. Esto es predicar con el ejemplo. El ser humano no está destinado a ser pobre toda la vida o predestinado a serlo por algún embrujo o designio del más allá.