Por Diego Sanabria

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Hay experiencias en la vida que dejan sen­saciones geniales, únicas y otras, que sobrepa­san las expectativas, una de las que supera las perspec­tivas es la fantástica “Ruta de la Cerveza Artesanal” el cual, verdaderamente “des­tapa” una vivencia multisen­sorial, para quienes tienen el placer de realizarla. Recien­temente, nos tocó vivir el tour organizado por la agencia de Viajes Volaré, que fue ges­tando por sus emprendedores en ese momento de “reinven­tarse” para sobrevivir econó­micamente a la pandemia.

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El viaje, ajustado a todos los protocolos sanitarios vigen­tes en la actualidad, además de conocer las fábricas cer­veceras por parte de sus pro­pios creadores y disfrutar de una variedad exquisita de sabores, impulsa el turismo interno en nuestro territorio nacional y, por ende, forma parte de la reactivación eco­nómica. La experiencia la definimos como multisen­sorial, porque uno escucha los relatos fascinantes de los maestros cerveceros de sus inicios, uno ve los distin­tos colores de cervezas y el esfuerzo, así como el empeño que ponen en la elaboración, uno huele los aromas que generan varias combinacio­nes, el lúpulo, la cebada. Se disfruta tocando las mate­rias primas que usan y final­mente se saborea, absoluta­mente cada creación que va degustando.

Volks, cerveza de Bella Vista, tienen dos bebidas muy particulares que tienen como ingrediente yerba mate y otra vino.FOTO:GENTILEZA

Para esta industria no parece haber límites, es un sector prácticamente nuevo que empezó a crecer a un ritmo sostenido encontrando un nicho de mercado en el con­sumidor gourmet y en todo aquel que disfruta de una cerveza. Cada fábrica den­tro de la ruta tiene una his­toria genial, desde su crea­ción misma en una olla de 20 litros y los procesos por los que fueron pasando, anécdo­tas y perspectivas que tienen de crecimiento.

Un sector con estilo diferente, en el diseño de las botellas y etiquetas ori­ginales, en bautizar a sus mar­cas con nombres pegajosos, asociados a historias de vikin­gos, lobos, música, familia, animales. Esto en adición a cuidar hasta el último detalle del proceso de producción. La experiencia es la que brinda el valor agregado a los consu­midores, especialmente para aquellos que el precio no es determinante.

Beerkingo’s ofreció un maridaje con sus estilos, los cuales son muy aceptados en la zona y en otras ciudades.FOTO:GENTILEZA

JASLAFT, MONKEY BRIDGE Y KIAGUS

La travesía arrancó en la ciu­dad de J. Augusto Saldívar, donde desembarcamos a la microcervecería JASLAFT, nombre creado en la fusión de las iniciales de la ciudad JAS y las del maestro cerve­cero Luis Florentín, quien nos deleitó con dos fascinan­tes bebidas como desayuno, luego de una introducción en el proceso de la fabricación, tipos de materia prima que utiliza e incluso cómo fue gestando el emprendimiento.

La segunda parada nos tras­lado hasta Cnel. Bogado, sitio conocido por la elaboración de chipa, pero que tiene a un valiente creador de la cerveza artesanal Monkey Bridge. El maestro Hernán Contreras comentó que el nombre nació de las leyendas de que Coro­nel Bogado antes era cono­cida como Ka’i Puente, el cual traducido al inglés deriva el nombre Monkey Bridge. Pre­sentaron 4 estilos, la Golden, APA, Amber y una Stout, acompañadas de unas pizzas elaboradas con masa de almi­dón mandioca. Una última sorpresa fue una degustación de una edición experimen­tal, denominada PantanAle, que contiene como esencia de burrito y toronjil.

El 3er destino nos llevó hasta Encarnación, hasta la cerve­cería Kiagus, la principal en materia artesanal y que ha logrado desarrollar más de 10 sabores. Néstor Garay, el maestro cervecero, detalló los pasos de cocción y degus­tamos una gran cantidad de sus creaciones, Karumbé, Roy, Durazno Pale Ale, Hendy American Pale Ale, Lupulosa Ipa, Ipa’a Guayaba. Esta marca se encuentra en toda Encarnación donde es muy popular, al igual que Ciudad del Este, Asunción y otras ciudades.

Trentina, propiedad del sommelier y maestro cervecero Sandro, preparó una brillante disertación de degustación de las variedades que ofrece.FOTO:GENTILEZA

VIKINGOS, LOBOS, YERBA MATE E INMIGRANTES

El 2º día de recorrido fue donde las emociones se ele­varon. La primera parada se desarrolló en Hohenau, del departamento de Itapúa, donde luego de un paseo por las instalaciones del Parque Manantial, la música alemana comenzó a acelerar el impulso trasladándonos hasta la fábrica de Beerkingos. Wil­son y Sergio Blaich, hijos de descendientes alemanes (ves­tidos de vikingos) con mucha pasión describieron sus orí­genes, sus primeras cervezas y como fueron creciendo en el rubro. La experiencia subió de nivel al realizar un maridaje con sus principales creacio­nes acompañados de produc­tos locales.

Con las expectativas arriba, el grupo se trasladado hasta Vella Vista, donde está la fábrica de Volks Bier, impul­sado por un trío de socios, quienes desarrollan la bebida milenaria con mucha exce­lencia y donde se desta­can principalmente la Ka’a Bier,la primera cerveza nacio­nal con yerba mate y la cer­veza de vino. “La de ka’a nació porque estamos en la ciudad de la yerba mate. El de vino surgió en un viaje a otro país donde probamos y nos gustó, se hace con uva y tiene ka’a he’ê”, señaló uno de los creadores.

La fábrica de Beerkingo’s, ubicada en Hohenau, tiene como imagen a los nórdicos vikingos y los hermanos Blaich llevan siete años produciendo.FOTO:GENTILEZA

Seguimos hasta Naranjal, donde conocimos la fábrica Wolfs Bier, este sueño fue iniciado por Wil­son Tonelli, pero falleció ines­peradamente el año pasado. Su esposa Andrea tuvo que hacerse cargo y con el apoyo de su familia se convirtió en la 1ª mujer maestra cervecera del país. Hoy tienen 4 estilos, Viena Lager, Pale Ale, Golden Ale y Amber Ale. Su comercia­lización como la mayoría es en barriles y botellas. Final­mente, pasamos a Santa Rita, lugar donde se encuentra una de las fábricas más grandes de cervezas artesanales del país y el cual lleva el nombre de Trentinta 1875. Alexsan­dro Giordani, maestro y som­melier cervecero, nos deleitó con un curso rápido de cómo degustar una cerveza artesa­nal. El nombre de Trentina nació en homenaje a la familia Giordani, quienes inmigra­ron en 1875 desde Trento, Ita­lia, al Paraguay.

Kiagus es una de las microcervecerías que más variedades de cervezas desarrolla y que se disfruta en toda Encarnación.FOTO:GENTILEZA

7 LEGUAS, HELADO Y FAMILIA

La 3ª jornada de un recorrido que de por si ya era sumamente placentero nos llevó hasta la pujante ciudad de Caaguazú, donde tiene su origen la cer­veza 7 Leguas. El nombre está ligado a la historia del naci­miento de dicho pueblo, el cual en sus principios llevaba ese mote. Emanuel, el maes­tro cervecero nos brindó una breve introducción y luego pasamos a degustar Ameri­can Lager y la Honey Beer. Este emprendimiento fue uno de los ganadores del Proyecto FDM2 impulsado por la UIP.

Helado de cerveza, sabores de frutilla, durazno, vainilla y chocolate. Una sensación en San Bernardino.FOTO:GENTILEZA

La siguiente estación redi­reccionándonos hacia Asun­ción, nos llevó a San Bernar­dino, donde para la sorpresa de todos, disfrutamos de unos helados de cerveza, creados por el local San Beer, que se encuentra a unos metros del mítico lago. En este momento, tienen cuatro sabores, choco­late, durazno, vainilla y fruti­lla, los cuales usan un porcen­taje de cervezas artesanales de marcas específicas para su creación.

Como broche de un fin de semana único, el cie­rre fue en la cervecería Poros, ubicado en Villa Morra, Asun­ción, donde tanto el nombre como cada estilo que tienen fue creado desde un fuerte arraigo familiar. Beber una cerveza artesanal es más que solo pasar un buen momento. Es un ritual al que cada vez más gente se está adhiriendo por todo lo relatado más arriba. Salud, salute, prost, á vossa, skál y salut.

Wilson Tonelli, inesperadamente falleció el año pasado pero su legado, la cerveza artesanal Wolfs, sigue produciéndose bajo el comando de su esposa, Andrea.FOTO:GENTILEZA

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