La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) realizó un relevamiento sobre la evolución de las ventas de aceites y grasas en el mercado interno durante la cuarentena total en los meses de marzo y abril.

Los resultados del estudio arrojaron varias conclusiones. En la fase 1 (cuarentena total) hubo una abrupta caída del contrabando, debido a los estrictos controles fronterizos por parte del Estado, y esto generó un aumento en la demanda interna de aceites comestibles. Las industrias aceiteras paraguayas estuvieron a la altura de las circunstancias y aprobaron con creces la coyuntura, concentrando sus esfuerzos en abastecer al mercado local y satisfacer la sorpresiva necesidad de los consumidores en tiempo y forma. Asimismo, las aceiteras demostraron responsabilidad y conciencia social al no aumentar los precios al consumidor. Las familias paraguayas no tuvieron faltante de aceite de calidad y salubridad comprobada, y tampoco fueron perjudicadas en su economía hogareña.

Pero luego, a partir de la fase 2 que fue en el mes de mayo, con la entrada en vigencia de la nueva fase de cuarentena se relajaron los controles fronterizos, aumentando significativamente el contrabando de aceites comestibles, afectando nuevamente la competitividad y ventas de los aceites paraguayos.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El informe indica que debido a los estrictos controles fronterizos, durante marzo y abril, las ventas de las industrias aceiteras nacionales aumentaron considerablemente, hasta posicionarse en un 48% por encima del promedio del 2019, superando las ventas de aceite de origen dudoso. Según la Cappro, la rápida capacidad para responder la explosiva demanda de aceites comestibles nacionales, ante la ausencia de productos contrabandeados, ratifica que la industria aceitera paraguaya está en condiciones de destacarse en un mercado exigente, siempre y cuando pueda competir en igualdad de condiciones. Pero después, con el aflojamiento de los controles, volvió a dispararse el ingreso de aceites de origen dudoso, acaparando cerca del 30% del total de las ventas.

PÉRDIDAS MILLONARIAS

"Si valorizamos la actividad informal a lo largo del año, tomando en cuenta los precios de venta al consumidor de los diferentes productos y las 1.476 toneladas mensuales de aceites y grasas que se consumen a nivel nacional, los números son alarmantes. Las ventas de productos ilegales y de origen dudoso superan las 1.476 toneladas mensuales, equivalentes a US$ 34,67 millones anuales con un perjuicio fiscal en concepto del IVA no ingresado de aproximadamente US$ 3,15 millones, más la evasión del impuesto a la renta. El mayor perjuicio del contrabando es la expulsión de decenas de trabajadores paraguayos de los puestos laborales en las industrias aceiteras nacionales, afirma el gremio.

LA SALUD, ANTE TODO

Los aceites nacionales procesados a partir de semillas oleaginosas producidas en el país llegan al consumidor con altos estándares de calidad, similares a los de los mejores productos del exterior. Por el contrario, los aceites de origen dudoso representan un grave riesgo para la salud de la población, tanto por su exposición directa al sol en la calle, durante horas, días y semanas, como por las malas condiciones de almacenamiento, explicaron desde el gremio.

“Desde la Cappro hacemos un llamado urgente a la sociedad en general y a las autoridades en particular sobre los perjuicios de la venta y consumo de aceites ingresados al país ilegalmente o producidos clandestinamente eludiendo los controles sanitarios vigentes. Es imperativo hacer cumplir las reglas de producción, almacenamiento y comercialización, informar sobre los peligros para la salud de las personas y sembrar conciencia sobre cómo afecta a la industria y la economía nacional”, señala Sandra Noguera, gerente general de la Cámara.

Déjanos tus comentarios en Voiz