La economía cerró un primer semestre de contracción económica producto de las medidas de distanciamiento social que tuvieron lugar en el segundo trimestre del año. Los indicadores de actividad “tocaron piso” en el mes de abril con una gradual recuperación a partir de mayo, en línea con la flexibilización de la cuarentena, señala la economista Patricia Goto, de la consultora CPA Ferrere. Fue en el marco de la charla “¿Pasó lo peor? Perspectivas económicas 2020/21”, realizada con la casa de bolsa Puente.
“Sin embargo, indicadores más recientes sugieren una debilidad en la recuperación. Datos a julio vuelven a mostrar menor dinamismo, explicado por el “shock de demanda” sumado a un contexto sanitario más adverso que implica un deterioro adicional en las expectativas de los agentes económicos”, agregó. En suma, el deterioro en el empleo e ingresos y la posición más “cauta” que asumen los consumidores/empresas en un contexto de alta incertidumbre están derivando en una débil demanda en el inicio del segundo semestre del año.
Se espera que la economía se contraiga en 5% en el 2020, muy condicionado por la evolución de la epidemia a nivel local. Mientras que en el 2021, la economía asistiría a un rebote con un crecimiento del 5,3%, pero que en niveles todavía se ubicaría por debajo de los del 2019, señaló la economista.
“En este contexto, tanto la política monetaria como la fiscal van agotando espacio. Los recursos para la reactivación se vuelven escasos y ante este escenario adverso será clave las señales que emitan las autoridades de manera a que operen sobre las expectativas”, comentó. En cuanto a las reflexiones finales, la consultora menciona que el PIB en el 2020 tendrá la mayor contracción desde que se tienen registros. La inflación finalizará el año por debajo del rango meta.
Este año, los precios se mantendrán bajos en niveles por la debilidad del consumo, mientras que para el 2021, el nivel de inflación convergerá a la meta en un contexto de reactivación económica.