La pandemia paralizó las actividades económicas en Paraguay, así como en todo el mundo. Esto se observó principalmente en el sistema financiero, considerado la “vena” de la economía, que en la primera mitad del 2020 registra una caída de 22,1% en las utilidades bancarias.
Es decir, de acuerdo al reporte de la Superintendencia de Bancos (SIB) del Banco Central del Paraguay (BCP) las ganancias de los bancos en esta primera mitad del año, como efecto de la pandemia, se redujeron considerablemente comparadas con el mismo período del año pasado.
Las entidades bancarias generaron utilidades por valor de US$ 175 millones al cierre del primer semestre de este año, este valor es un 22% inferior a las que se registraron en el mismo período del año pasado. Es decir, este año ganaron US$ 50 millones menos, de acuerdo se refleja en el reporte del Banco Central del Paraguay.
En total, las ganancias bancarias en guaraníes llegaron a junio a G. 1,17 billones de guaraníes, que comparados con el mes de mayo, sí creció 27,5%. Es decir, en un mes aumentó G. 922,5 mil millones, según se visualiza en el informe disponible en la web del BCP.
Por otro lado, el reporte reciente de la consultora CPA Ferrere destaca que, dentro del sistema financiero, los depósitos en bancos se incrementaron desde inicios de la crisis sanitaria, y a dos dígitos.
“El resultado del sistema se debería en parte a que, ante la coyuntura actual, el ritmo de crecimiento de la cartera de créditos se volvió menos dinámico. A esto se suma un aumento de la morosidad en lo que va del año y el aumento de la cartera vencida, evidenciando la menor capacidad de pago de los agentes, debido a la reducción de sus ingresos, lo que condujo a un aumento interanual de 34,5% en las previsión del ejercicio”, según la consultora Mentu.
Un reporte del Banco Mundial señala que el sector bancario tiene un papel crítico que cumplir para mitigar el shock macroeconómico y financiero, sin precedentes, causado por la pandemia, dando apoyo a los prestatarios afectados y manteniendo el flujo de crédito hacia la economía real, sin dejar de preservar la estabilidad financiera.