Elaboran jarras, ollas, vasijas, tazas, vasos y elementos decorativos que pueden ser utilizados indistintamente en el microondas, sobre el fuego o en el horno común, gracias a un revestido esmaltado no tóxico.

En la calurosa tarde del lunes irrumpimos Areguá, ciudad que se distingue por su aire colo­nial, el lago Ypacaraí, la fru­tilla, pero que también por ser un sitio mítico por su artesanía que sigue forján­dose en las talentosas manos paraguayas que trabajan el barro y la arcilla.

Don Luis Silvano, presi­dente actual de la Asocia­ción de Artesanos de Are­guá (AAA), nos recibió como corresponde, trabajando y con él, una veintena de perso­nas con rostros de sacrificio, pero con el alma inquebran­table, sabiendo que cada uno entrega lo mejor de sí y que ese trabajo dignifica su vida y llevan el pan a sus hogares.

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La AAA nació en 1997, un grupo de artesanos recono­cidos de la ciudad se junta­ron, entre ellos el fallecido Gilberto Hermosilla, además de Ramón Rojas, Pedro Cris­taldo, Édgar Arce y otros más, contó de entrada Silvano.

Elaboran jarras, ollas, vasi­jas, tazas, vasos y elemen­tos decorativos que pueden ser utilizados indistinta­mente en el microondas, sobre el fuego o en el horno común, gracias a un reves­tido esmaltado no tóxico.

“En la asociación esta­mos nucleados más de 150 socios de la zona, de los cuales 50 están en forma activa, mientras los demás por el momento no están trabajando. Los poblado­res en su mayoría arte­sanos trabajan en cerá­mica, alfarería, macramé, bambú, piri”, mencionó.

Señaló que en la asociación se dedican a la cerámica de alta temperatura, que son los esmaltados, ya que cuentan con el Noborigama u horno escalonado inventado y cons­truido por los japoneses.

“Apostamos a la cerámica esmaltada sobre todo por­que ya éramos muchos los fabricantes de cántaros, planteras, pesebres, alcan­cías, entre otros, y buscamos dar un paso más. Al princi­pio fue difícil, pero gracias a un gran esfuerzo de los dirigentes de aquella época, entre el 2003 y 2004, se pre­sentó en la JICA el proyecto, el cual finalmente fue ele­gido entre otros 200 pos­tulantes para contar con el Noborigama”, sostuvo.

Detalló que se trata de una especie de tatakua grande de tres niveles, donde la alfarería adquiere una tex­tura y coloración caracte­rísticas de la porcelana.

“Confeccionamos una cerá­mica que se cocina a más de 1.250 grados de calor lle­gando a los 1.300 grados. Sería algo cercano a la porce­lana, pero seguimos perfec­cionando nuestro trabajo con miras a ese siguiente paso. Hay que mencionar que la carga de este tipo de hornos demanda unos 8 millones cada vez que se prende. Con­tamos con 40 placas que son los que ingresan en el horno donde se colocan las artesa­nías. Hay que señalar además que nuestro horno Nobori­gama es el más grande de toda la región, teniendo en cuenta que Brasil cuenta con otro, pero de menor tamaño”, mencionó orgulloso.

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RENTABILIDAD

Silvano señaló que el rubro va ganando terreno, teniendo en cuenta que cuenta con el apoyo del Instituto Para­guayo del Arte (IPA), que organizó dos ferias este año y lograron recaudar alrede­dor de 50 millones de guara­níes en total.

“Este año tuvimos mucho trabajo siempre depen­diendo de la época, ya que la gente hace sus pedidos. En esta temporada nos dedica­mos a la elaboración de los regalos empresariales, como manijas, vasos, jarras, ban­dejas, platos, entre otros. A partir de abril es la época de las tazas, juegos de té, mate­ros, pavas y todo lo que ela­boramos”, agregó.

Apuntó que al tratarse de una entidad sin fines de lucro, los socios pueden usufructuar el horno, los tornos, moldes, esmaltes, pastas, leñas y todo lo que se necesita para la fabrica­ción de sus productos.

“Nosotros ofrecemos todos los elementos a un precio mucho menor que al público en particular al tratarse de un socio. Además conta­mos con un salón de ventas donde se exhiben los produc­tos confeccionados por todos los integrantes. Tenemos una rotación diaria de aproxima­damente 20 personas entre socios para que todos puedan confeccionar sus productos, ya que solo contamos con un horno grande”, detalló.

PREOCUPACIÓN

Una de las cosas que preocupa al gremio es la competencia des­leal, ya que existen personas que se dedican al mismo rubro ofre­ciendo supuesta cerámica de alta temperatura que no es real.

Otro punto mencionado es que va decayendo el interés en los jóvenes para dedicarse al rubro de la artesanía. “Es difí­cil también conseguir que tra­bajen en la artesanía. Casi ya no quedan torneros. Nosotros contamos con cursos de capa­citación durante todo el año que tiene un costo ínfimo para aquellos que quieran aprender este noble oficio”, dijo.

POCO APOYO

Al mencionar si existe algún incentivo y/o apoyo del Gobierno, indicó que el mismo es escaso. “En realidad casi no contamos con ayuda de nin­gún ente del Gobierno, por lo que es más difícil para noso­tros competir especialmente por el masivo ingreso de pro­ductos de origen chino que no tienen la misma calidad de lo que elaboramos aquí en Are­guá. Hemos intentado llegar hasta las autoridades, pero no tenemos respuestas”, afirmó.

HISTORIA

Las primeras piezas que se fabricaron, según cuenta la historia, eran los vasos con jarras que se vendían en la estación del tren donde llegaban los turistas. Eso sucedió en 1920 aproxima­damente, después se fue­ron implementando otras variedades, ya que se suma­ron los tornos con los cua­les se iniciaron las prime­ras planteras, para luego introducir los moldes y seguir así su evolución.

Los pesebres se pueden encontrar desde G. 30.000.

EXPO PESEBRE 2019

Cerca de 200 artesanos participarán de la vigésima edición de la tradicional Expo Pesebre 2019, deno­minada Kuave’ê Mitã Ruparã rekávo, en Areguá. La muestra comenzó el 8 de noviembre y culminará el 23 de diciembre.

Los expositores estarán ubicados sobre la doble avenida La Candelaria (frente a la municipalidad), y su continuación Mariscal Estigarribia (camino a la Playa Municipal), a partir de las 9:00, informaron los organizadores.

Además de pesebres se exhiben todo tipo de trabajos; hay que tener en cuenta que se confeccionan entre todos los artesanos de la zona más de 500 variedades de productos.

Un cántaro puede rondar entre 2.000 hasta 1.000.000 de guaraníes, mientras que los trabajos en cerámica esmaltada inician en 15.000 guaraníes y pueden llegar a los 500.000 guaraníes, como por ejemplo un juego de té. Lo mismo pasa con los pesebres que se pueden encontrar desde los 30.000 hasta incluso 25.000.000 millones de guaraníes.


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