La industrialización de soja se encuentra en un punto crítico, los números son muy inferiores al promedio de los últimos tres años y el sector se siente amenazado por los constantes cambios de reglas, comunicó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). El gremio destacó que es una de las industrias más importantes de la economía paraguaya y con la propuesta de reforma tributaria, el Gobierno no hace más que profundizar la crisis, en lugar de promover estrategias para incentivar el procesamiento y la exportación.

Los problemas climáticos que afectaron la calidad de los granos obligaron a las industrias a disminuir el ritmo de procesamiento y allí radica una parte de la desaceleración. La falta de garantías y la inestabilidad jurídica a las que el Gobierno somete a la industria aceitera están afectando en gran medida al sector. Esta situación se agravará en caso de que la Cámara de Diputados apruebe sin modificaciones la reforma tributaria, reduciendo la competitividad de esta actividad a su mínima expresión, comunicó el gremio industrial.

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El reporte de la Cappro enfatiza que los números de los primeros cinco meses del año son alarmantes. Las exportaciones de rubros del complejo sojero ingresaron US$ 550 millones menos que en el mismo período de año anterior y el total generado, US$ 1.474 millones, es el nivel más bajo de los últimos 7 años. Al cierre de mayo 2019 se procesaron 1.456.920 toneladas de soja, que representa una retracción del 8,5% en comparación al periodo enero-mayo del 2018.

El volumen de exportación de productos industrializados a partir de la soja se redujo un 11% en comparación al mismo periodo del año pasado, que además estuvo acompañado por una caída en los precios internacionales. El aprovechamiento de la capacidad instalada se encuentra en torno al 75%, un valor de 7 puntos porcentuales por debajo de lo que se había conseguido en el mismo periodo del año anterior.

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