Productores campesi­nos del departamento de San Pedro, que son beneficiados con el proyecto de tecnificación de la agricul­tura familiar, solicitaron que los fondos no sean destinados a las gobernaciones y a los muni­cipios ante el temor de que la corrupción atente contra el éxito y el progreso del plan pro­ductivo, informó la Unión de Gremios de la Producción. Este proyecto es desarrollado por la Itaipú, junto con el Ministe­rio de Agricultura y Ganade­ría (MAG) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).

Alejandro Colmán, produc­tor vinculado al proyecto, informó que el pedido con­creto es que los US$ 5 millo­nes destinados a San Pedro para el proyecto lo sigan administrando la Itaipú y la UNOPS, manteniendo así la misma línea de trabajo. Hay una amenaza de que se quiere destinar el dinero a los municipios y gobernaciones, y ahí los sectores politizados y corruptos pondrán en peli­gro el progreso de los produc­tores, enfatizó el agricultor.

Manifestó que la razón por la que el Gobierno cambiaría la administración del fondo es porque el proyecto fracasó en algunas zonas. Se realizó un amplio debate con las autori­dades del MAG con respecto a la situación y se expuso que el fracaso a nivel técnico que se tuvo en algunas zonas se puede corregir. Sin embargo, si los fondos se destinan a auto­ridades municipales, la deuda será más grande y la situación para los productores será peor, expresó Colmán.

El Proyecto de Modernización y Tecnificación de la Agricul­tura Familiar se desarrolla desde hace 5 años y beneficia a cerca de 30.000 familias para­guayas de escasos recursos. Tiene como objetivo promo­ver emprendimientos de pro­ducción agrícola orientados a la integración a los mercados y a cadenas de valores regionales.

Los agricultores beneficia­dos logran rindes anuales de 2.500 a 3.000 kilos por hec­tárea gracias a las capacita­ciones y el acompañamiento de los técnicos del MAG y los contralores de la UNOPS.

Entre las metas propuestas para la fase 5 se encuentran la siembra mecanizada de 3.000 hectáreas de suelo mediante diferentes técnicas y la siem­bra mecanizada de 7.000 hec­táreas por medio de prácticas de agricultura de conservación.