Hace unos años atrás, hablar de los millen­nials todavía era asombro, más aún los que les siguen, que son los de la generación Z o los nacidos luego de 1995, algunos los sitúan desde la década del 90 incluso, lo cierto es que vinieron a revolucionar el mundo, ya que son los nati­vos digitales, y uno de ellos es el mercado laboral donde todavía surgen muchas inves­tigaciones respecto a cómo tratar con ellos.

Sobre el punto, el organismo internacional Banco Intera­mericano de Desarrollo (BID) dedicó un artículo en su blog a los chicos de esta genera­ción como que están de turno para la inserción en el mundo laboral. Lo llama también la generación del mundo virtual y arroja datos cuantitativos como que en América Latina y el Caribe existen más de 70 millones de personas nacidas más allá de 1995 ya en edad de trabajar.

Josefina Bauer y Patricia dos Santos.

Son datos al 2017 y menciona que la mayoría de estos, un 58%, se encuentra todavía inactiva en el mercado labo­ral; es decir, no está traba­jando ni buscando un empleo. Si bien aclara que muchos siguen estudiando, los que sí trabajan, que serían más de 25 millones de jóvenes en la región, tienen en promedio la mitad de sueldo que los traba­jadores de entre 22 y 64 años de edad.

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Una de las frases que resalta en el material es “La Gene­ración Z en América Latina y el Caribe sigue estando poco preparada con respecto a la de otras regiones del mundo”, aludiendo a que la formación que reciben los jóvenes no atiende a la demanda de los empleadores.

Es en este punto en el que habla de la brecha de habi­lidades, que supone un obs­táculo para quienes se aden­tran en el mundo del trabajo, que es donde se siente la dife­rencia entre lo que se enseña en las aulas y lo que necesita el sector productivo, explica el BID. En ese sentido, alegan que es por ello que muchas veces en países como Argen­tina, Brasil y Chile, nueve de cada diez empresarios seña­lan no encontrar a los trabaja­dores que necesitan para ser competitivos.

¿Y POR CASA?

Ahora bien, ¿cómo estamos por casa y cómo son los jóve­nes paraguayos de la genera­ción Z? Para conocerlos más, Josefina Bauer, directora de Nauta, una empresa de inves­tigación de mercado y de per­sonas, justamente tras tener la experiencia de realizar un estudio (ver info), es que pudo comentar que los chicos de esta generación (los nativos digitales) no tienen muy claro qué es lo que quieren hacer, no de forma generalizada, pero sí en una proporción importante.

“No estamos generalizando, pero en base a esta investi­gación que hicimos, muchos de los chicos que ya termina­ron el colegio no saben qué carrera seguir, a diferen­cia de nosotros unos años atrás que sí ya sabíamos en ese tiempo de la secundaria que si queríamos ser docto­res, abogados, arquitectos, etc. Los de ahora no, las uni­versidades están con los car­teles de ‘inscripciones abier­tas’, pero a ellos no pareciera importarles tanto”, señaló.

Alega que muchas de las res­puestas que encontraron fue­ron: “Yo me quiero tomar un año sabático” o “Me quiero ir un año a estudiar a Esta­dos Unidos”, o en todo caso, los que sí saben que quie­ren estudiar, miran mucho el tema de la salida laboral, es así que cuando los jóve­nes paraguayos ya están más decididos, prefieren apostar a una carrera que les permita una pronta inserción laboral, es decir carreras cortas.

Bauer define a esta genera­ción como la de inmediatez, ellos quieren todo rápido, punto en el que recordó otro aspecto, que cuál es el sen­tido muchas veces de ir a la universidad tantos años si en Google “hay todo”, como ya lo dicen muchos chicos, pero no debe ser un camino eso, más bien, que el desafío está en: “Nosotros, los que ya somos grandes, en cómo adaptarnos a ellos y cómo conquistarlos para que quieran estudiar. Somos nosotros quienes tene­mos que ayornarnos”, com­plementó.

Es así que en base a las res­puestas que recopilaron, a más de notar que existen muy pocos profesores universita­rios que se dedican a la inves­tigación, que podría ser una buena aliada para entender más a los Z, son los demás actores de la educación los que justamente deben aden­trarse con los chicos y no esperar que la educación se alinee. Y cómo lograrlo: ense­ñando a resolver, a investigar y a que se involucren más y no solo buscar pasar una mate­ria, complementó.

CÓMO ATRAERLOS Y RETENERLOS

La directora de la empresa de recursos humanos Jobs Paraguay, Patricia dos San­tos, aportó en aspectos como la convocatoria y el recluta­miento de los chicos de la generación Z que han cam­biado. Coincidió en que lo pri­mero son ellos y como todas las empresas de contratacio­nes deben hace es conocer­los, adaptarse a nuevas téc­nicas de convocatoria como lo son las redes sociales, ya que estos jóvenes tienen sus propios códigos y la clave es conocerlos.

Comentó que para que las empresas puedan contratar a esta generación, deben com­prender que lo que les atrae a los Z es muy distinto al tra­dicional esquema de estabi­lidad, o empresa que ofrece carrera o futuro. Estas 3 pala­bras para los Z no tienen valor, ya que para ellos el trabajo es una forma de lograr 2 cosas: ingresos para darse la vida que quieren como andar en bici, hacer viajes o deportes. Y, por otro lado, el pertene­cer a algo, que para ellos tiene sentido, por eso es que más que nunca la dedicación de las personas que trabajan en las organizaciones a cuestio­nes que se pueden englobar en el campo de la RSE es muy importante, agregó.

“La persona que va ser su jefe tiene que ser una que para ellos los valores tam­bién sean importante, acá es donde podemos decir que es la generación que más dra­máticamente pone en uso la famosa frase ¡Los emplea­dos no se van de las empre­sas, sino de sus jefes!”, alegó.

Es decir, los chicos nativos digitales no valoran que un jefe les haga decir mentiras, un básico ejemplo de que no está cuando sí lo está al no querer atender a alguien. Así de sencillo los Z empiezan a tacharlos con una X y, al ter­cero, ya se van. Por ello, la estabilidad ni la permanencia son valores para estos jóve­nes, sí la pertenencia, y vienen muy cargados de valores y de hacer cosas trascendentales, puntualizó.

En cuanto a la investigación señalada por Bauer, publi­cada en Medium.com, al que denominaron “Por qué los jóvenes renuncian a sus trabajos”, encontraron que existe una brecha casi inal­canzable entre las miradas de los “jefes” y los “emplea­dos”, y que esta separación no es solo generacional o de edad, sino de miradas, cultu­ras, aceptaciones y conoci­mientos. Por ende, para que vaya disminuyendo la brecha, simplemente se debe apren­der a entender a estos jóvenes desde sus inquietudes, nece­sidades y aspiraciones, ya que básicamente la generación Z es atraída por otros beneficios que van mucho más allá de un buen salario.

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