Con la idea de introducir a nivel local la tendencia global de la economía circular, la empresa Proyack, dedicada al rubro de la confección, busca ser ejemplo para reciclar y reutilizar uniformes empresariales que la mayoría de las compañías cambian cada temporada en una campaña denominada Prendas Retornables.
La propietaria de la firma, Lorena Marín, comentó que la mecánica es simple, ya que invitan a las personas y empresas a acercar sus camisas o remeras que serán sustituidas por otro uniforme de temporada para ser parte del Ropero Amigable, que a la vez serán destinadas a comunidades vulnerables y necesitadas como las de los bañados, zona de la Terminal de Ómnibus y el Abasto.
“Hace un mes aproximadamente habilitamos esta campaña y pueden participar desde una prenda, pero lo interesante es que las organizaciones que deben renovar sí o sí sus uniformes empresariales, además de destinar los antiguos a personas y comunidades necesitadas, también podrán ahorrarse en la confección de los nuevos”, explicó.
Por ello, consideran que este nuevo modelo de negocio podrá ser también rentable, si bien a largo plazo, ya que al retornar las prendas adquiridas hoy bajo la premisa de “dono y obtengo descuentos”, vuelven a entrar a un sistema de bonificación e iniciando una logística reversa, con lo que se estará poniendo en práctica la economía circular, agregó.
Es así que el objetivo primario es que para fin de año puedan llegar a al menos 500 prendas recicladas y retornadas, teniendo en cuenta que según estudios 3 de cada 4 prendas terminan en los vertederos, recalcando que el descarte de piezas de ropas en buenas condiciones puede bien servir a muchos.
De esta manera, Proyack se convierte en la primera industria de Prendas Retornables del Paraguay. Se pueden sumar desde cualquier parte del país donde se recepcionan las prendas para su posterior clasificación y evaluación de las condiciones, ya que no por ser donaciones deben entregarse rotas o sin botones.
Se trata a la vez de generar una moda consciente de aprovechar prendas en condiciones para su reutilización por organizaciones o centros comunitarios, sean de niños o ancianos, una solución para acceder a mejores precios en las compras de nuevos uniformes, complementó Marín.