Una emprendedora que siguió los pasos de su padre, con algo que fue una idea hace 10 años, para elaborar alimentos gourmet a partir principalmente de la deshidratación de tomates y otros frutos, además de otras líneas de productos con el procedimiento de cocción y horneado. Ella afirma que fue todo un desafío emprender con un producto no tradicional, porque tuvieron que hacer un trabajo estratégico para hacerlo conocer, posicionarlo y por sobre todo lograr un espacio o hábito en los consumidores.
A esto sumó el hecho de diseñar y crear por parte del padre los propios hornos desecadores, a más de las recetas que emplean que son de su creación. Hoy día los productos San Millán se encuentran en tiendas gourmet y algunos supermercados, encaminados a la vez para el mercado regional. Ella es Luján Hernáez, gerente de la empresa con 38 años de edad.
–¿Cómo se inició en el mundo de los negocios?
–Me gusta expresarlo de esta manera; me inicié en el mundo de los negocios esforzándome detrás de una idea que en su momento me pareció sumamente innovadora e interesante y que despertó inmediatamente en mí un gran entusiasmo y una gran fe. Porque efectivamente cuando en nuestro núcleo familiar surgió la idea de desecar tomates, de aprovechar las berenjenas y los mangos, etcétera, que en determinadas épocas del año en nuestro país se dan profusamente, de inmediato se afianzó la idea de llevar adelante el emprendimiento teniendo en cuenta las enormes posibilidades que ofrecía el aprovechamiento de mucha materia prima que de otra manera no se aprovechaba convenientemente.
–¿Tuvo obstáculos en su camino?
–Sí, los tuvimos. Y también yo personalmente los tuve. Por un lado, el hecho de lanzar al mercado productos que bien se pueden llamar no tradicionales implica un desafío, un trabajo grande y estratégico para hacerlos conocer, posicionarlos y hacer que encuentren un espacio en la costumbre de la gente de consumirlos. Y en cuanto a mis obstáculos personales, el principal fue el de asimilar nuevos conocimientos, aprender de los logros y los tropiezos para saber cómo funcionan las cosas, en resumidas cuentas, ganarme mi lugar en la estructura de la empresa.
–¿Le costó llegar donde está?
–Con un poco de humor respondo que todo cuesta mucho trabajo, si se quieren hacer bien las cosas. Es decir, que el trabajo es sacrificado y exige dedicación y esfuerzo. Tanto que a veces uno piensa tirar la toalla, pero la perseverancia da sus frutos porque en el momento menos pensado las cosas cambian y vuelve a reinar el optimismo.
–¿Tiene personas a su cargo?
–San Millán tiene tres áreas principales: la Gerencia, que ocupo yo, el área de Producción, que maneja mi hermana Rocío (con el personal de producción) y la Contabilidad, que maneja mi hermano Servando. Mi papá ya nos entregó el manejo y, nuevamente con humor, digo que se limita a observar lo que hacemos. Externamente, realizó el trato con los proveedores de frutas y hortalizas que, si bien no son personas a mi cargo en el sentido estricto, debo tratar y negociar con ellos continuamente. Como gerente me encargo también de las relaciones con los clientes y las instituciones.
–¿Cómo es su trato con ellos?
–Yo pienso que el trabajo exige siempre esfuerzo, concentración, responsabilidad. Por eso se fijan las normas y los procedimientos a seguir en todos los procesos de las empresas. Dentro de esos condicionantes, mi trato es amigable y, en todo lo posible, alegre.
–¿Qué es un líder para usted y cree que sus colaboradores la consideran como tal?
–Un líder es la persona que toma bajo su responsabilidad la conducción del grupo que integra. No es necesariamente la persona que siempre tiene la última palabra pero sí que es la persona responsable de que esa última palabra sea dicha en el momento necesario. Para eso debe ser capaz de comprender el proceso, de interpretar las situaciones cambiantes, debe saber escuchar, debe saber consultar, debe responsabilizarse de la decisión tomada. Y sí, creo que me ven como una líder.
–¿Qué es el éxito para usted?
–Considero que se alcanza el éxito cuando se logra la realización de las metas que se soñaron cuando germinó la idea. Por eso digo que es algo dinámico y motivador, porque en su búsqueda constante radica su realidad.
–¿Se considera exitosa?
–Me considero una mujer trabajadora y empeñada en alcanzar los logros que me propuse. Puedo confesar que a veces me emociona rememorar el camino recorrido con San Millán y los logros conseguidos, que quiera Dios que se sigan multiplicando.
–¿Cuáles son los principales problemas que se presentan en una empresa familiar?
–Debo manifestar que mi opinión es muy subjetiva porque la nuestra es la única empresa familiar en la que he trabajado, pero puedo asegurar que los problemas son las situaciones difíciles que se presentan en un grupo de gente animosa que quiere llevar adelante el interés común, tal vez un tanto dificultado por el trato cercanísimo de esas personas, pero en definitiva nada que no pueda ser superado con una buena dosis de comprensión, de razonamiento y de sanos deseos de conseguir lo mejor para el grupo.
–¿Qué recomendaciones daría a jóvenes que quieran emprender?
–Que acunen la idea que les surgió, que la analicen, que estudien honestamente sus pro y sus contras y que lleguen a amarla, con la obligación de cuidarla, orientarla y trabajarla aunque se presenten obstáculos, aunque los resultados iniciales no sean todo lo brillantes que uno se ilusionó que serían. Dicen que la primera hojita que le sale al plantín es la más gloriosa, porque es señal de que la semilla está dando su resultado.
PERFIL
Profesión: Administración de empresas
Edad: 38 años
Emprendedora nata, es la actual gerente de la empresa San Millán, dedicada a elaborar alimentos gourmet a partir de la desecación de tomates y otros frutos.
Además de llevar al frente la empresa familiar, es entrenadora personal.