El proyecto de un gasoducto en Ñeembucú es considerado clave por el Viceministerio de Minas y Energía del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) para diversificar la matriz energética nacional y fortalecer la infraestructura necesaria para el desarrollo industrial. Actualmente, se estudia la viabilidad de esta iniciativa que busca complementar el proyecto de gasoducto en el Corredor Biocéanico y, eventualmente, tener dos polos energía termoeléctrica en el país.

El viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, explicó a La Nación/Nación Media que si bien aún no se hizo un estudio de prefactibilidad, la iniciativa tiene viabilidad técnica y económica preliminar debido a su corto trazado, estimado en 120 a 130 kilómetros, que permitiría conectar la provincia argentina de Formosa con el departamento de Ñeembucú y eventualmente facilitar la instalación de una central termoeléctrica en territorio nacional.

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“Vemos muy viable por las ventajas que tiene ese cruce muy cercano del río Paraguay y la posible instalación de una térmica para generación de energía eléctrica en Paraguay”, afirmó.

Bejarano mencionó que el proyecto forma parte de una estrategia de diversificación de la matriz energética, donde el gas natural, que en una primera etapa será argentino, pero con miras a utilizar gas natural nacional en el futuro, tendría un rol clave. Esta fuente energética, según el viceministro, permitiría sostener el ingreso progresivo de energías renovables como la solar fotovoltaica, ampliando la capacidad instalada del país sin comprometer su sello de sostenibilidad.

Queremos mantener nuestra condición de país con excedente de energía a precios competitivos para seguir atrayendo industrias. Energía es igual a desarrollo y crecimiento económico”, señaló a LN.

Complemento para el gasoducto bioceánico

El viceministro de Minas y Energía explicó que el gasoducto sur es complementario al gasoducto bioceánico, que atravesaría el Chaco paraguayo con destino principal al mercado brasileño. La obra aportaría energía al sistema de interconectado nacional y beneficiaría también a sectores como el cementero y la agroindustria, ayudando a sustituir el uso de biomasa.

Sobre la inversión necesaria, Bejarano mencionó que aún no existen estimaciones precisas pero la inversión sería significativamente menor que gasoducto bioceánico por la corta distancia y condiciones favorables para su instalación. “Este proyecto nace del interés del sector privado argentino y paraguayo. No es excluyente del gasoducto principal, sino que lo complementa”, afirmó.

Consultado sobre su eventual afectación a la reputación de país 100 % productor de energía verde y renovable, señaló que no afectará el perfil del país porque solo se utilizará en menor medida y para la introducción de otras fuentes renovables como la solar fotovoltaica. “Vamos a seguir siendo un país 100 % renovable. La introducción del gas solo fortalecerá nuestra capacidad para sumar energías alternativas como la solar”, concluyó.

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