El director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), Hugo Pastore, contó que hace unos días varios gremios de la producción viajaron a Europa para presentar a empresarios y cámaras de importadores un sistema de identificación de soja para exportación, que permite verificar la trazabilidad del grano.

Explicó que este sistema fue desarrollado con un equipo informático donde se pueden observar imágenes satelitales que garantizan las prácticas sostenibles aplicadas en la siembra y cosecha de la soja. Esto, en el marco de la reglamentación 1115 de la Unión Europea (UE), que en 2023 estableció normativas contra países que producen soja y están asociados a la deforestación.

“Con un grupo intergremial decidimos buscar consenso, armamos esta plataforma y fuimos a presentarla a referentes de la UE. Les mostramos cómo funciona nuestro sistema de trazabilidad e hicimos un repaso de la realidad paraguaya, que tiene un tema pendiente: comunicar todo lo que hace bien. En todas las presentaciones valoraron nuestra presencia”, manifestó Hugo Pastore a la 1000 AM.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Leé también: Gasto social creció 10,7 % en el primer trimestre, según el MEF

Comentó que si bien los europeos aplaudieron el trabajo realizado, no hubo una respuesta concreta. Pero que es un paso importante. Recordó que en junio se conocerá la lista de países con calificación de riesgo para conocer si Paraguay tiene un nivel alto, medio o bajo en cuanto a deforestación y trazabilidad.

Trazabilidad

“Nosotros nos basamos en informes del Instituto Forestal Nacional (Infona) que dicen que prácticamente el 100 % de las áreas de producción de soja en Paraguay, cumplen con el requisito de no haber sido desforestadas después del año 2020. Entonces, creemos que Paraguay no debería ser calificado como país con alto riesgo”, comentó Pastore.

Seguido, expuso que algunas implicancias de esta calificación es que el nivel de riesgo determinará cuántas auditorías serán requeridas una vez que la reglamentación entre en vigencia. Dijo que uno de los puntos principales y críticos es la exigencia de la segregación física, que los granos y sus derivados no se mezclen en ninguna etapa de procesamiento.

Te puede interesar: Invitan a feria de productos orgánicos y artesanales de comunidades indígenas

“Esto choca con nuestra realidad operativa y también infraestructura, porque nuestras industrias están diseñadas para un sistema en el que se mezcla la producción. Cambiar todo esto implica inversiones significativas”, expresó.

Déjanos tus comentarios en Voiz