La Unión de Gremios de la Producción (UGP) observa con desánimo cómo la sequía los aleja de su meta de producción, fijada en 11 millones de toneladas de soja. El norte del país registra menores rendimientos por cuarto año consecutivo y analizan medidas para atenuar el impacto negativo en las finanzas de los productores afectados.
La falta de lluvias, acentuada por el fenómeno de La Niña, resiente la producción agropecuaria a nivel país, especialmente en el norte, donde la situación es más aguda. El ingeniero Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), explicó a la 650 AM que las lluvias constantes que se experimentaron durante la primera quincena de diciembre pasado no tuvieron réplicas significativas en enero.
La meta de producción es de 11 toneladas, cifra que, debido al déficit de precipitaciones, ya consideran difícil de alcanzar. Las lluvias en enero cayeron de forma desigual y dispersa, causando que las cosechas sean desiguales incluso en un mismo campo de cultivo.
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“De la expectativa que teníamos de una producción de cerca de 11 millones de toneladas, va a ser difícil de alcanzar, porque a mediados de diciembre pararon las lluvias generales en todo el país y comenzó una temporada de aguaceros, donde cae en un lugar y a metros no cayó nada. Entonces eso genera un mosaico y está afectando los resultados de la cosecha”, dijo Cristaldo.
En el norte del país, precisamente en los departamentos de San Pedro, Concepción, así como en parte de Caaguazú y Canindeyú, se registran los rendimientos más bajos, que, según el presidente de la UGP, no alcanzan para igualar los costos de producción en muchos casos. Afirmó que esta situación en el norte se arrastra desde hace cuatro años ininterrumpidamente. “En el norte es el cuarto año que están con ese problema y les está generando una acumulación de deuda difícil de soportar”, señaló.
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Una situación menos complicada viven los productores del centro y sur del país, donde la producción arroja rendimientos que permiten un margen positivo por encima de los costos del producción. Para los productores que padecen una situación complicada, Cristaldo refirió que analizan instrumentos para reacomodar los plazos para que las deudas puedan honrarse y se siga sembrando de cara a la siguiente temporada.
“Muy difícil va a ser este año terminar de consolidar los números a nivel nacional, va a ser una tarea grande, pero estamos monitoreando permanentemente tanto la humedad del suelo, como los rendimientos que están teniendo”, sostuvo.