Los campos agrícolas registraron lluvias por encima de los 50 milímetros en Misiones, Itapúa, Alto Paraná, aunque sigue faltando la regularidad, por lo cual esperan que la distribución sea más generalizada, según comentó el ingeniero Edgar Mayeregger, director de gestión de riesgos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
“Lógicamente el Norte es el que está más golpeado, a pesar de que tuvimos reportes de precipitaciones importantes en Canindeyú y la zona de Amambay, pero son situaciones que hacen que igualmente el suelo pierda humedad y el estrés de la planta siga”, mencionó a la 920 AM.
Para esta semana se prevén visitas al departamento de San Pedro y Canideyú para realizar evaluaciones rápidas, especialmente de la soja, el cual es el cultivo que mayormente está sufriendo. Ya en la próxima semana se harían recorridos por Itapúa, Alto Paraná, y Misiones.
“También ver cómo se está pensando realizar la siembra de zafriña, atendiendo a que la ventana de la siembra del maíz es muy corta, hasta los primeros días de marzo nada más”, dijo. Si bien todavía no se tienen contabilizadas mermas por la soja, se esperan pérdidas, ya que se observaron parcelas golpeadas.
Mayeregger recordó que el sistema de regadío es fundamental en esta situación para asegurar los rubros, pero se trata de una inversión importante. “Existen herramientas un poco más sencillas para el manejo del suelo y mantener la humedad adecuada, sin embargo para las pequeñas parcelas existen mecanismos para cosechar agua”, explicó.
El experto dijo que esta no es una situación nueva para el sector agrícola, pero al ser la planta un elemento que cumple ciclos, hay etapas en las que necesita más o menos en su crecimiento y desarrollo. Es por esto que alentó a seguir trabajando en el manejo del uso sostenible del líquido vital.
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Escenario de precipitaciones apunta a riesgo de estrés hídrico en los cultivos
Un escenario de precipitaciones con un potencial riesgo de estrés hídrico para los cultivos es lo que reportó el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) en su nuevo informe con relación a las proyecciones para las lluvias en el campo durante esta semana.
“Las proyecciones para esta semana apuntan a una distribución irregular de las precipitaciones, con acumulados escasos en amplias zonas del país ”, según indicaron. Especialmente el riesgo se presenta para las parcelas que aún se encuentran en la fase crítica de llenado de granos.
La institución remarcó que para la mayor parte del territorio nacional se esperan acumulados inferiores a 10 mm y es por eso que las condiciones de déficit hídrico podrían impactar en el rendimiento de las plantaciones.
De esta manera, las proyecciones se presentan de forma diferente frente a las de la semana anterior que indicaron la posibilidad de precipitaciones importantes en amplias zonas del territorio nacional, principalmente en el centro y norte de la Región Oriental.
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Además esperaban que estos acumulados contribuyan a recargar los perfiles de humedad del suelo hasta niveles óptimos, un factor crucial ante el déficit hídrico acumulado por un período prolongado sin lluvias relevantes.
Actualmente las parcelas se encuentran en etapas fenológicas críticas de llenado de granos, donde la disponibilidad de agua es determinante para asegurar buenos rendimientos. En tanto, el sector viene remarcando que con las lluvias se podrían mejorar las condiciones necesarias para la siembra y el establecimiento inicial de cultivos correspondientes a la zafriña.
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Sequía en el sector agrícola: ¿en qué se diferencia el panorama actual con el de otros años?
La falta de lluvias regulares, como lo especifica el director de Gestión de Riesgos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Edgar Mayeregger, está provocando una sequía agrícola, ya que además de esta, están las sequías meteorológicas e hidrológicas. La implicancia de la actual falta de lluvias es el impacto que puede llegar a tener en la producción de los cultivos extensivos, en especial de la soja.
“Pasa que este enero es la falta de lluvias regulares, que es lo que impacta en el sector productivo porque las plantas tienen la peculiaridad de que al estar en la etapa de requerimiento de agua para consolidar su fisiología y cumplir su ciclo, al no recibir esa humedad empiezan los problemas, cuando coinciden la etapa crítica con la falta de lluvias. No es que dejó de llover, pero sí irregularmente y afecta los ciclos.”, expresó a La Nación/Nación Media.
Justamente, en el caso de la soja que ahora está en etapa de llenado de grano, que es el momento crítico en el que no debe faltar agua, las lluvias de verano entre diciembre y enero que suelen ser los chaparrones, están siendo muy dispersas y afecta al llenado de granos. Por decirlo, en una zona pudo darse precipitaciones interesantes, mientras que a unos 1.000 metros no llegó nada, explicó.
El experto indicó que los informes que manejan en cuanto a los principales cultivos de la campaña 2024/2025, ya fueron cosechados los referentes al autoconsumo con buenos resultados, pero los que todavía tienen que ser cosechados en 2025 como la soja y el sésamo sí son afectados. Tampoco se puede sembrar el maíz zafriña ante la falta de humedad y las pasturas en mal estado, dijo.
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¿Cuánto debe llover?
Desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP) señalaron que al viernes 24 de enero el panorama continuó igual con un escenario de falta de lluvias o algunas precipitaciones dispersas que todavía no pueden mejorar las condiciones de humedad en las zonas más afectadas, como lo es en el norte del país. El área sembrada ya estaría afectada en un 80 % con déficit de humedad.
“De momento sigue el mismo escenario, salvo en el departamento de Amambay que mejoró mucho su nivel de humedad en el suelo, gracias a algunas lluvias, pero las parcelas afectadas ya tienen una merma. En general, seguimos solo con aguaceros y lo que hace falta para cortar el déficit de humedad de los suelos es una lluvia general de por lo menos 80 mm”, expresó a La Nación el presidente del gremio, Héctor Cristaldo.
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Similitudes
El sector había proyectado a finales del 2024 buenos resultados para este 2025, pero la naturaleza les jugó una mala pasada, y al dejar de llover desde la segunda mitad de diciembre, se empezó a complicar la siembra, debido a que las plantas empezaban el momento más crítico para dar los granos. Algunas imágenes compartidas por los productores dan clara evidencia de que los cultivos no llegaron a terminar su ciclo.
Es así que haciendo un comparativo con las últimas sequías, la UGP cree que el déficit de humedad actual se asemeja mucho a lo acontecido en la campaña 2018/2019, cuando se dio una situación similar cuando se esperaba una producción promedio de 10.000.000 de toneladas de soja y se obtuvo 8.512.008 toneladas, con pérdida del 15 % en el rendimiento.
En el 2022 fue la última sequía agrícola más grave, cuando afectó a casi 60 % de la producción e impactando en el crecimiento cero de la economía en ese periodo, ya que de las 10.000.000 de toneladas estimadas en la producción, se llegó a solo 4.380.736 toneladas de soja.
Cambio de panorama
La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) coincidió con la UGP respecto a la semejanza de lo acontecido en el 2019, explicando que lo sucedido en el 2022 fue diferente, ya que en aquel entonces, para diciembre de 2021 ya tenían la perspectiva clara que se enfrentarían a una fuerte sequía.
A diferencia de ahora, que en 2025 se logró algunos desarrollos altos y otros bajos, dependiendo de las regiones, ya que las lluvias de noviembre y principios de diciembre del 2024 daban un optimismo prudente. Lastimosamente “se cerró la canilla” y dejó de llover, que sumado a las altas temperaturas y mucho viento sureste, secaron los cultivos, cambiando totalmente el panorama.
Diferencia en precios
Aunque para Mayeregger el escenario actual le recuerda incluso al del 2008/2009, con sequía pronunciada, luego en 2012, posteriormente la seguidilla desde 2019, 2020 cuando se dio el impacto del fenómeno La Niña y los últimos años. La diferencia con la del 2009 cuando se tuvo una disminución del 65 % de soja fue en el precio, que en aquel entonces era alto y ahora está con una muy baja cotización, agregó.
“Desde el 20 de diciembre no se dieron las lluvias periódicas, así empezaron a resentirse los cultivos que venían con dificultad, eso les provocó un estrés grande, las vainas quedaron vacías, algunos granos fueron poco desarrollados o se cortó prácticamente el ciclo”, remarcó a La Nación Hugo Pastore, director ejecutivo de la Capeco.
Según los comentarios que reciben, dijo, los cultivos tendrían un avance de 35 %, y si se llega a un 70 u 80 % de avance de las parcelas, sí se podrá tener los ratios de las áreas sembradas, ya que lo restante 30 o 20 % ya no variaría mucho en el promedio a ser cosechado con ese avance, mencionó.
Impacto en la economía
Al cierre del año pasado Paraguay exportó 7,9 millones de toneladas de soja de la campaña 2023/2024, cifra que refleja un incremento de 1,4 millones de toneladas más que la zafra pasada, mientras que la producción de la oleaginosa alcanzó 11 millones de toneladas, según datos de la Capeco. En tanto, los ingresos de divisas para el país desde este segmento económico representaron USD 4.174 millones.
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Fenómeno La Niña se debilita y temperaturas serán superiores hasta febrero, dice Inbio
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) presentó su Informe de Perspectiva Climática Trimestral, correspondiente a los meses de diciembre 2024, enero y febrero 2025. En el documento señalaron el debilitamiento del fenómeno “La Niña” manteniéndose así un 73 % de probabilidad de condiciones de temperaturas superiores a lo normal durante esos meses.
El informe corresponde al cierre de la zafra 2024-2025 en la región Oriental y arranque de la siembra en la región Occidental. Para lo que resta del último mes del año se esperan acumulados de precipitación superior a lo normal en el sur y sureste de la región Oriental (superior a 200 mm), mientras que en el norte de esta región y gran parte de la región Occidental las lluvias serían inferiores a los rangos normales (100 a 150 mm).
Para enero del 2025, se pronostican precipitaciones normales o superiores en la región Occidental, mientras que en la región Oriental registraría lluvias por debajo de lo habitual con 120 a 170 mm. En tanto, para febrero se mantendría la tendencia de condiciones favorables en la Región Occidental con lluvias dentro o por encima de lo normal que irían de 130 a 170 mm.
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Evaluación
“El desarrollo de las lluvias en la presente campaña muestra una variabilidad favorable para los cultivos”, afirmaron. En setiembre, las precipitaciones que alcanzaron 100 mm en algunas zonas permitieron una siembra en el período habitual.
En octubre, el aumento de lluvias favoreció el establecimiento inicial de los cultivos, mientras que en noviembre, la distribución uniforme recargó la humedad del suelo, beneficiando las etapas de floración e inicio del llenado de granos, resaltaron.
Si bien los monitoreos del Inbio revelaron que el 60,4 % del territorio nacional no presenta condiciones de sequía, el restante porcentaje del país continúa experimentando distintos niveles de sequía, que oscilan entre sequía excepcional y condiciones anormalmente secas.
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Pronostican condiciones de lluvias beneficiosas para los cultivos en fase de desarrollo
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) informó que el pronóstico de precipitación acumulada para el período del 16 al 23 de diciembre de 2024 indica una distribución variable de lluvias en todo el territorio nacional. Se prevén acumulados de lluvia moderados a altos, entre 30 y 60 mm, en la región norte y noreste del país.
“Estas condiciones serán beneficiosas para los cultivos, ya que contribuirían a mantener una adecuada disponibilidad de humedad en el suelo, especialmente en aquellos cultivos que se encuentran en fases críticas de desarrollo”, explicaron.
Ya desde la semana pasada señalaron que la actualización de las previsiones para diciembre marcaban una probable tendencia de lluvias por debajo de lo normal en ciertas áreas del país, particularmente en el centro-norte de la Región Oriental y en zonas extensas de la Región Occidental.
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En ese sentido, mencionaron que el norte y noreste de la Región Oriental experimentaron precipitaciones irregulares, generando estrés hídrico en varias parcelas de estas áreas. En este contexto, advirtieron que los riesgos asociados al exceso de humedad también merecen atención, ya que estas condiciones favorecen la proliferación de problemas fitosanitarios en los cultivos.
Por ese motivo, la institución agraria recomendó a los productores realizar un monitoreo constante para identificar tempranamente posibles focos de infestación. Esto, a fin de que ello permita implementar medidas optimizadas para mitigar los efectos adversos y proteger la productividad de las parcelas.
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