Desde el sector ganadero también se ven golpeados con la seguidilla de sequías, es más, hablan de esta situación desde el 2019 pero consecutivamente hasta lo que va de este 2025, siendo ya el sexto periodo de complicaciones climáticas que impactan en la producción.

Martín Filártiga, secretario general de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y presidente de la Regional Central Chaco ARP, una de las zonas afectadas por la falta de lluvias, compartió con La Nación/ Nación Media el contexto actual y cómo vienen trabajando en el rubro con este panorama.

“Lo que está ocurriendo los últimos dos veranos con el de ahora, es que se dan diciembres y eneros muy secos, siendo que normalmente son los meses más lluviosos. Pero con las altas temperaturas actuales, el estado de las pasturas, más el viento sur atípico que se dio hace dos semanas y nada de lluvias, es que se da este déficit hídrico enorme”, expresó.

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Martín Filártiga, secretario general de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y presidente de la Regional Central Chaco ARP. Foto: Gentileza

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Campos secos

A continuación explicó que el clima subtropical de Paraguay necesita de humedad y calor para vencer las largas jornadas de horas luz, de modo a mantener las pasturas y cultivos óptimos. Y las últimas tres temporadas por el contrario se están dando estos meses secos con muy altas temperaturas.

Son justamente estos meses los que más necesitan de lluvias semanales, debido a que la transpiración de humedad de las plantas es muy alta por las temperaturas, y si no hay reposición de agua, rápidamente se secan los campos y quedan estropeados, explicó Filártiga.

En cuanto a las implicancias de esta situación, el referente mencionó que están parando las inversiones en el campo, a más de darse desempleo. Muchas labores quedan fuera de prioridad como recurrir a los contratistas tanto de limpieza de pasturas, colocación de alambrados o mantenimientos generales, al no haber recursos y solo se priorizan las necesidades básicas y salarios.

Asimismo, otro factor que golpea a los productores es el precio recibido por los animales, más aún ante dichas circunstancias en las que se debe tomar la decisión de tomar el valor que impregnan desde la industria, a modo de generar los recursos para las cuestiones básicas, dijo el secretario general del gremio ganadero.

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Ganadería pierde fortaleza

En este punto, lamentó que para el consumidor los precios de la carne sean cada vez más caros, con lo que se evidencia que los dos extremos de la cadena, productores y consumidores, solo son tomadores de precios pues los que fijan el valor son el comercio y la industria.

Ambos factores tienen incidencia en el hato ganadero, que ya viene disminuyéndose en los últimos 4 a 5 años, ya que hoy la producción es más costosa. “Producir hoy es más caro porque todo subió, con el precio que recibimos el margen se achica, aunque en ganadería nunca fue muy grande, pero lo importante es que era un negocio seguro y previsible, que hoy perdió su mayor fortaleza, la previsibilidad”, remarcó el referente.

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