El trigo nacional se produce principalmente en Itapúa, Alto Paraná Sur, Caazapá, Caaguazú por la influencia de los molinos, y en menor medida en Canindeyú, San Pedro y Amambay. Este cereal es un eslabón muy importante en la cadena del sistema de siembra directa y a nivel local se utiliza para la producción de harinas, panificados, pastas, entre otros.
Así lo indicó Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), quien conversó con La Nación/Nación Media sobre la producción de trigo, señalando que se observa además un crecimiento en la elaboración de fideos, así como galletitas, es decir, en su industrialización.
“El productor cosecha la soja y normalmente detrás ya se siembra maíz, si ya cosechó la soja un poco más tarde sembrará trigo en mayo aproximadamente, siendo así muy importante para el sistema”, sostuvo el representante del gremio.
En superficie, el sector ya tuvo más áreas de siembra en años pasados y se espera que el interés se retome tras la última campaña, pues en el 2023 se habían tenido problemas con la enfermedad pyricularia que causó inconvenientes al sector.
En su mejor año, Paraguay llegó a sembrar más de 600.000 hectáreas y la producción llegó a orillar las 1.800.000 toneladas incluso, dijo. Actualmente el consumo nacional está en 700.000 toneladas por año y su aumento dependerá mucho de la costumbre de la gente y su cultura. Resaltó que los productores están preparados para producir más, ya que se obtuvo una buena cosecha en setiembre.
En esta campaña estiman 1.300.000 toneladas que a los precios actuales de USD 230 por tonelada generarían aproximadamente un movimiento de USD 300 millones solo en producción nacional. En tanto, este año la superficie de siembra se ubicó en las 370.000 hectáreas, mientras que los rindes fueron de 3.000 kilos por hectárea.
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El año agrícola
Con relación a las exportaciones, este 2024 es calificado como “el año agrícola”, ya que en octubre comenzaron los embarques de trigo de esta zafra. Hasta el mes de noviembre se exportaron 169.005 toneladas, es decir, 117.684 toneladas más que el mismo periodo de la zafra 2023, cuando se habían enviado 51.321 toneladas.
De este total, Brasil se quedó con el 98 % siendo así el principal comprador del grano, mientras que el resto fue destinado a Bolivia y a Vietnam, según la Capeco. La mejora se debió a una mayor producción de la zafra nueva (un poco más de 1 millón de toneladas, según las primeras estimaciones) y por la agilización en la salida de los camiones en los puntos de frontera.
Considerando las exportaciones por año calendario desde enero a noviembre, el embarque de trigo generó un ingreso de divisas por valor de USD 123 millones, que fueron USD 75 millones más que el mismo periodo del año pasado, según datos de la Capeco.
Pastore informó que desde el sector agro se está trabajando a nivel tecnológico en el desarrollo de variedades resistentes a enfermedades y recordó que en materia de exportaciones se precisa de mayor trabajo en los pasos con Brasil, ya que el rubro sigue a la espera de la habilitación del Puente de la Integración que probablemente se concretaría en el 2026.
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